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Que no nos oigan
Francisco Javier González | 07-11-2013
en CANCHA
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El Atlas es un equipo al que parece haberle caído una maldición: le crecen los enanos, le embargan los camiones, se le va el técnico que por fin los clasifica a una Liguilla y pierde en penales la Final de Copa. Buen tema.

Lo es también la descabellada idea de Michel Platini proponiendo 40 equipos para el Mundial en lugar de los excesivos 32 que ya participan en él. O la alocución de Joseph Blatter, quien habla de eliminar las angustiosas Repescas para clasificar a los Mundiales -ni que lo diga- con la consecuente necesidad de ajustar las plazas que hoy conceden "medio boleto" a ciertas Confederaciones.

Pero en el cuadro de honor es otra vez la Sub 17 quien ocupa la atención. Habrá jugado en sus diferentes versiones tres Finales de los últimos cinco Mundiales, y dos de ellos con las manos de Raúl Gutiérrez al volante.

Un futbol en el que acusar con índice de fuego a todos los que fallan es un deporte paralelo, no tiene el beneficio de aplaudido lo que está bien hecho. Los torneos Sub 17 y Sub 20, que hoy son obligatorios para todos los clubes de Primera, y el roce internacional al que se exponen esos jugadores con giras de Selección, son parte de la clave. México sí tiene material importante al que se le invierte tiempo y talento. Lo que sucede después, con un alto porcentaje de desperdicio, es inherente a los cambios que a esas edades tiene un adolescente. Y también a la falta de oportunidades para establecerse.

Quienes buscarán devolver a los nigerianos la afrenta de haber recibido seis goles en la presentación en Emiratos Árabes tienen un enorme presente y deberán encontrar la salida para que se convierta en un gran futuro. El manejo de los muchachos es perfecto: los cuidan, evitando contacto con el mundo exterior lleno de adulaciones, ofrecimientos y promotores. Sus mentores, empezando por el técnico, impiden distracciones. Esas vendrán después.

Fue un manejo similar al de hace dos años en México. Sólo cuando avanzaron a las últimas rondas se abrió con discreción el acceso a medios. Qué bueno porque así no escuchan que los estamos endiosando. Que hay quien pide, fuera de toda proporción, que sean ellos los que jueguen contra Nueva Zelanda.

Se ponen como ejemplo porque lo son, pero olvidamos fácilmente que son jugadores en formación. Que aun el triunfo mañana será parte de un proceso y no de un final. Si nos atrevemos a decir que los triquis podrían jugar basquetbol profesional, somos capaces de quitarle dimensión a cualquier otra cosa, incluida la Sub 17.

Qué bueno que no nos escuchan cantar como las sirenas. Qué bueno que Raúl Gutiérrez es su mentor. Qué bueno que aún no están contaminados con la crueldad del futbol profesional.

 
fjgonzalez@reforma.com
 
 
 
 
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C.P. por la Universidad La Salle. Ingresó a los medios a los 14 años. Trabajó en radio y en 1985 ingresó a Imevisión, hoy TV Azteca, donde permaneció 16 años. Ha ocupado, entre otros cargos, la Jefatura de Deportes de TV UNAM, de Noticiarios Deportivos de Imevisión, la Gerencia de Deportes de Grupo Acir y, actualmente, las direcciones de contenidos de Estadio W y de Estadio W para la cadena SKY. Ha cubierto 7 Mundiales de fútbol y 4 Olimpiadas.
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