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Una Final incierta
Mario Castillejos | 13-12-2018
en CANCHA
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Cuando de futbol se trata, ciertas características de los protagonistas, emocionales, culturales y existenciales, se ponen de manifiesto. Se juega como se vive, y la Final entre America y Cruz Azul será un buen ejemplo.

Para los que creen que el ayer se pude repetir, quiero aclarar que el pasado sólo existe para los historiadores. En esto no hay fantasmas sacudiendo el destino de alguien.

Señores, hoy salen 22 jugadores en modo "presente", dos equipos con muy similares fuerzas y defectos, dos entrenadores flemáticos, apasionados y ganadores, dos instituciones históricas que acarrean masas.

¿Quién se llevará el título? Si me tengo que inclinar por uno, mi cálculo llevado a lo milimétrico me dice América. Y claro que las posibilidades de que Cruz Azul gane son altas, pero el proyecto que encabeza Ricardo Peláez siento que aun no está 100 por ciento horneado.

De entrada, porque las vías de gol no son tan amplias y variadas como las plasmadas por el equipo del "Piojo". Elías Hernández posee la jugada, el desequilibro, el pase y la llave para dañar rivales y en menor dimensión, el joven Alvarado. También tiene la pelota larga con Caraglio jugando de poste en tres cuartos de cancha, pero hasta ahí.

En cambio América tiene todo un llavero de soluciones en los últimos 30 metros, empezando por Lainez y Renato Ibarra generado desde las bandas, Mateus Uribe por dentro con la movilidad y dinámica del también colombiano Roger Martínez, más los recambios de Cecilio, Ibargüen y Oribe Peralta. Además, la táctica en pelota parada, condición que las Águilas manejan muy por arriba del nivel de la Liga, ha producido casi la mitad de los goles marcados.

Pero, ¿de quién es la verticalidad? ¿La velocidad? ¿La contundencia? Decir que un equipo no tiene gol o poco gol o menos gol pero tiene juego, es aceptar que los goles caen por arte de magia. Y en este caso, ambos tienen conceptos colectivos para fabricar.

Claro que el futbol también se juega sin el balón y es defendiéndose donde Cruz Azul finca su fortaleza. Sólo para vencer a Corona durante la fase regular se requirieron nueve disparos, mientras que a Marchesín lo superaron una vez cada seis tiros. El secreto está en el equilibrio sin duda.

Lo que nadie puede calcular es el "error", la pifia, el desacierto, el disparate, otros lo llaman fortuna, suerte o mala suerte dependiendo de la camiseta que traigas puesta. Y son estas acciones las que hacen del futbol un misterio, de tal forma que el resultado es impredecible porque el comportamiento del individuo también lo es.

¿Cuál de los dos equipos tiene más temple? Difícil de calcular, sobre todo en partidos de 180 minutos, donde de inicio sobra el tiempo, pero al final habrá uno que pedirá más.

Pero aún sigo en duda: ¿Cruz Azul neutraliza y América crea? ¿O viceversa? En fin, ni siquiera el que mejor juegue tiene garantizado el triunfo. Y ese es otro misterio.

PD. El final es sólo el principio de otra historia, aunque no hay historias perfectas.

Lo escrito, escrito está.

 
 
 
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