Hay lugares, y el nuestro es uno de ellos, en los que la movilidad social es muy dificultosa. Quien pertenece a determinada clase social, tiene muchas barreras enfrente para ascender.

En sociedades antiguas, incluyendo las nuestras, era más determinante la etiqueta: si se nacía en determinada casta, la herencia social era tan importante como la genética.

A una semana de que termine la campaña regular, los clasificados a la serie final están perfilados casi totalmente.

Para Tigres y Monterrey será extraño ver los toros desde la barrera. Los felinos siguen luchando por no quedar marginados, pero tienen serias dificultades. Xolos, que se mantiene en la lucha, es nuevo en el circuito y había clasificado a dos de cuatro liguillas antes de esta. Toluca, que se piensa invitado permanente, en realidad sólo había clasificado en una de las últimas cinco series finales. Algo parecido a lo del Pachuca, que hila tres sin avanzar, con lo que acumula solamente dos con un modesto sexto lugar de las últimas seis liguillas: bajo porcentaje de bateo.

En el duelo de la ignominia, Chivas y Pumas nos recuerdan que los tiempos en que disputaron una de las finales mas vibrantes de los últimos torneos están lejanos. Esa tarde en que los miocardios estuvieron a punto de infarto sucedió en 2004. Más de la mitad de los jugadores de ambos planteles está ya retirada.

Los números de dos equipos populares y añorados son lamentables: mientras que los universitarios han clasificado en uno de los últimos cinco torneos -con un séptimo lugar que sale del cuadro de honor-, las Chivas hilvanan dos semestres sin mojar, sabiendo que después del superliderato del 2011, su mejor lugar ha sido el séptimo.

Así como el Atlas se permitió probar el torneo pasado lo que es jugar una serie final, hay otros que generalmente llegan esporádicamente y no se mantienen: Chiapas y Querétaro podrían hacerlo este torneo, sin que eso implique que han mejorado su ubicación social: una no es ninguna.

El 80 por ciento de los equipos repiten campaña tras campaña como aspirantes. América ha vuelto a ejercer ese rango que por momentos había perdido: sólo Morelia, con seis al hilo, si es que lo logra esta vez, superará a las Águilas con cuatro consecutivas, aunque los de Coapa acumulan ocho de las últimas nueve.

América, Santos, Cruz Azul, Morelia, León en los últimos tiempos y Toluca con ausencias recientes, son quienes forman la élite de nuestro futbol. La demás es población flotante. Empezando por Chivas y Pumas, que lo necesitan asumir para cambiar su futuro.

 
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