| | Pase lo que pase | | Francisco Javier González | 28-10-2013
en CANCHA
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| | | | La Selección de Italia tiene históricamente un sello que parece heredar a sus sucesores: gana o pierde por la mínima diferencia.
En el Mundial Sub 17, la "Squadra Azzurra" ganó dos partidos de la primera fase a Costa de Marfil por 1-0 y a Nueva Zelanda -por si el nombre nos dice algo- por igual diferencia. Sólo los uruguayos la derrotaron 2-1, lo que mantiene el gol anotado por los italianos en cada uno de sus tres partidos.
Sin que sea más que una referencia numérica, fue el único equipo que no goleó a los neozelandeses. Los uruguayos les clavaron siete y los marfileños tres, sin recibir en ninguno de los dos casos nada a cambio.
Es probable que cuando usted lea estas líneas, ya se sepa cómo quedó México frente a los italianos en la segunda ronda.
Pero eso será lo de menos. Que los nigerianos le hayan metido seis a los verdes en el primer partido y éstos hayan sabido reaccionar para ganar sus otros dos partidos es un motivo de orgullo cuando a sus hermanos los grandes un gol en contra los ha desmoronado sin remedio.
Que ganen o pierdan contra los italianos tendrá distintas vertientes anímicas, y es deseable que ocurra lo primero. Pero no por ello dejan de ser futbolistas en formación, a los que la inestabilidad les puede afectar ya no de un partido para el otro, sino en el desarrollo de un solo encuentro.
Defensores del título en épocas tricolores de tristezas, habrá quien piense que pueden salvar en algo los destrozos de la Mayor pero en realidad su tarea es diferente. Cada uno de sus jugadores debe seguir un proceso con futuros impredecibles: unos no llegarán a Primera porque su desarrollo físico se los impedirá. Otros, porque se van a distraer con la fiesta a la que a esas edades varios no tienen la capacidad y disciplina de renunciar. Algunos más por falta de oportunidades y unos cuantos serán los que probarán las mieles de la Máxima Categoría.
Raúl Gutiérrez sabe de eso. Comandó al segundo campeón mexicano del mundo en esa categoría y es de los pocos formadores de futbolistas que no ha desertado de los campos del CAR. Por uno u otro motivo, casi todos los que estaban al inicio de la gestión -Ortega, Chávez, Te Klose, Hernández- han dejado sus cargos para tomar diferentes caminos.
El "Potro" lo ha hecho muy bien y ha sobrevivido en el mas frágil de los mundos de la estructuran porque los sueldos y la popularidad son mínimas, y los riesgos, máximos.
Esperemos el resultado, pero no será sustantivo.
Es el futuro hoy, y está en las mejores manos. En Emiratos se están fabricando futbolistas; no son el proyecto terminado.
fjgonzalez@reforma.com
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