"Normalmente cuando las personas están tristes, se limitan a llorar. Pero cuando su tristeza se convierte en indignación, son capaces de hacer cambiar las cosas", Malcolm X.
"¡Que se vaya Luis Miguel!", "¡Que se vaya el 'Tuca'!", "¡Que se vaya el 'Profe' Cruz!".
El despido de directivos y DTs, ¿realmente ha cambiado las cosas en el futbol mexicano?
Mientras los dueños sigan gestionando con los ojos puestos en la tabla general, sus equipos se mantendrán en la espiral del fracaso-triunfo-fracaso-triunfo, sin realmente conocer las causas que lo producen. Y cuando la implacable "hoz" del resultado llama a rendir cuentas, también ejecuta dirigentes.
El entrenador mexicano tampoco está preparado, ni mucho menos interesado, en evolucionar, cuando desde hace rato el jugador que dirige está rodeado de computadoras y teléfonos inteligentes.
Hoy, el futbolista mexicano que ha hecho un largo proceso formativo, bueno, malo o regular, al llegar al máximo circuito o, cuando cambia de entrenador, ni remotamente recibe ideas, pensamientos o conceptos que les asombre, aunque éstos vengan de Vucetich, Ferretti, La Volpe, Herrera o Tomás Boy.
El campeonato mexicano se ha vuelto un espectáculo tedioso, porque con los mismos jugadores, los entrenadores de siempre pretenden plasmar la idea futbolística que en algún momento les dio reconocimiento.
El sábado en el Tec, lejos de salvar a 25 mil fieles espectadores de la tortura, se empecinaron en tentar las ganas del respetable a volver.
Una noche antes, en Tijuana, los Tigres manipularon la pelota frente a los Xolos como si ésta fuera un cuadrado. La audición de pases mal dados, donde los que cobran 800 mil dólares al año se comportaron al nivel de los de 20 mil, duró 93 minutos exactos.
A dos semanas de que termine el Apertura 2013, penosamente tenemos que resaltar como la figura de nuestra Liga a un tal Pablo Velázquez, paraguayo, centro delantero del Toluca, seguido de Oribe Peralta, Mancilla, Pulido, Jiménez y Suazo.
Si usted quiere correr a Salvador, Ferretti o al "Profe" Cruz, tenga mucho cuidado, porque en el mejor de los casos, aquí en México sólo hay otros iguales. ¿No cree usted?
PD: "No hay en la evolución cultural un punto antes del cual no se produzcan catástrofes", T. Veblen.
Lo escrito, escrito está.
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