Los Patriotas de Nueva Inglaterra se convirtieron en una de las dinastías más exitosas en toda la historia del deporte profesional de los Estados Unidos gracias a tres factores fundamentales: un entrenador en jefe excepcional que siempre va un paso adelante de su competencia, un mariscal de campo que podría terminar su carrera como el mejor de todos los tiempos, y una notable capacidad para hacer pesar su estadio cuando juegan en Foxborough.

Y si bien es cierto que ganar en el Gillette Stadium es una tarea complicada en temporada regular, salir con la mano en alto de dicho escenario en postemporada, es prácticamente imposible. Basta con señalar que a lo largo de la era de Tom Brady, los Patriotas únicamente perdieron tres duelos de Playoffs, dos ante Baltimore, en 2009 y 2012, y una vez más ante los Jets, de Rex Ryan, en 2012.

Es por ello que el duelo de hoy por la noche, aun tratándose de la Semana 6, podría significar la llave que abra las puertas del Super Bowl LIII para los Jefes. La escuadra de Kansas City se convirtió en un asistente habitual a la postemporada a partir de la llegada de Andy Reid en 2013. Siempre terminó con marca ganadora, clasificó a los Playoffs en cuatro de cinco ocasiones, pero nunca logró ir más allá de la ronda divisional.

La decisión de darle la titularidad a Patrick Mahomes en detrimento de Alex Smith fue el primer paso para que la ofensiva adquiriera una nueva dimensión, y los resultados han sido extraordinarios. La defensa no termina de ser una unidad confiable, pero viene de una actuación determinante ante Jacksonville, con varios intercambios de balón provocados en momentos clave del encuentro. Así las cosas, medirse hoy a un equipo de Nueva Inglaterra, que parece lejos de haber alcanzado su potencial a estas alturas de la campaña, es una oportunidad de oro.

Si los Jefes consiguen la victoria, habrán tomado tres juegos y medio de ventaja sobre los Patriotas en la lucha por terminar la campaña con la mejor marca de la Conferencia Americana. Y aunque quedaría más de la mitad del calendario por delante y hay otros equipos como Cincinnati que podrían competir por ese mismo objetivo, estoy cierto que el triunfo prácticamente evitaría la posibilidad de tener que viajar al Estadio Gillette en el mes de enero.

Bien dicen que es imposible ganar un título en el mes de octubre, pero si hoy Kansas City consigue mantener el invicto, el regreso de los Jefes a un Super Bowl, tras casi 50 años de ausencia, podría estar más cerca que nunca.

 
 
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