Amables aficionados: si hubiera sólo un partido este fin de semana, no importaría, vale por todos los demás. Me refiero al regreso de Peyton Manning a su antiguo estadio, donde por 13 brillantes campañas puso a Indianápolis en el mapa, les construyó su nuevo estadio y les dio, no obstante que al dueño se le hace muy poco, un Súper Tazón.
Se perfilaba como una noche memorable, y seguramente lo será, nada más que ahora matizada por los recientes y yo considero innecesarios comentarios del señor Irsay sobre Manning.
El decir que cambiaron de modelo porque el anterior sólo logró un título, es picarle la cresta innecesariamente a un buen gallo de pelea, igualar a Manning con una carcacha y decir que ahora tiene el auto de carreras que les faltaba, en nada va a beneficiar a su equipo.
Si de por sí Manning se prepara escrupulosamente para cada partido, con ese aliciente estará más enfocado que nunca en demostrar que aunque la carrocería ya da muestras de uso, el motor y las llantas todavía pueden dar una vuelta o dos.
Que interesantes ingredientes: Manning tratando de ganar a sus antiguos compañeros, estos tratando de ablandarlo para reducir su efectividad; los aficionados ambivalentes, apoyando a sus Potros pero quizá sin atreverse a ir mucho en contra de su antiguo ídolo; el joven sucesor, Andrew Luck, tratando de superar a la leyenda demostrando que la decisión de cambiar de automóvil fue la correcta, y los aficionados, por millones, gozando otro partido de tintes históricos. ¿Verdad que vale la pena?
Por otro lado, hablando de rivalidades, hay otros dos enfrentamientos interesantes para hoy. Nueva Inglaterra visita a los Jets mientras que Pittsburgh recibe a Baltimore. Ambos son entre equipos que no se tienen el menor afecto y cuyos marcadores finales son siempre muy apretados, sin importar la marca de ganados y perdidos.
Los Patriotas tendrán al fin los servicios de su estelar ala cerrada Rob Gronkowski, quien estuvo fuera de acción casi un año debido a una simple fractura del antebrazo. Algo que se hubiera arreglado sólo en un par de meses se extendió debido a que quisieron acelerar la sanación usando una placa atornillada. Las infecciones subsecuentes causaron 4 cirugías que dilataron todo el proceso.
Y Cuervos y Acereros tendrán su tradicional choque de paquidermos. Ambos están atravesando por una mala racha, la de Pittsburgh, peor, y simplemente no pueden darse el lujo de perder otra vez.
Por ahora, hacemos una pausa...
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