Cuenta la leyenda que Midas era un rey que tenía más oro que nadie, pero aún así no le parecía suficiente, siempre ansiaba tener más. Pasaba las horas contemplando sus tesoros y contando su dinero. Un día se le apareció un geniecillo vestido de blanco y el rey le consultó sobre cómo poseer más... "Quisiera que se convierta en oro todo lo que toque".
-"Si quieres eso, se cumplirá tu deseo", le dijo el genio blanco.
El don le fue concedido, Midas convertía todo en oro, incluso la comida, la bebida y sus hijos, quienes se volvieron estatuas de oro apenas les puso un dedo encima. Pronto se dio cuenta que si bien era el hombre más rico del mundo, también era el más infeliz y limitado. El hambre y la sed estaban consumiéndole, fue ahí que reparó en su necedad y su codicia, rompió en llanto completamente desconsolado... "Soy el hombre más desgraciado del mundo", pensó de inmediato.
La Selección Mexicana es hoy un representativo sobre explotado comercialmente que, como marca, genera cantidades extraordinarias, pero que solo continuará produciendo si su rendimiento en la cancha también funciona.
Los directores técnicos están para cuidar los intereses de sus jefes, cuando atentan contra el negocio, y no contra los resultados de su equipo, son despedidos. Son hijos, en efecto, de los resultados... pero de los resultados financieros.
En contraparte, parece probable que el presidente de la FMF continúe en su puesto, no a pesar de los resultados en la cancha, sino gracias a las extraordinarios negocios de patrocinadores que han llevado grandes cantidades de dinero a su institución. De otra manera no se entiende la salida de unos y la permanencia de otro.
Dos extraordinarios técnicos mexicanos han sido penosamente quemados en muy poco tiempo: Luis Fernando Tena, sí, el ganador de la cacareadísima medalla de oro olímpica, no fue digno de un simple agradecimiento por aparecer en un partido que dentro de su código ético no contemplaba dirigir. A Víctor Manuel Vucetich, el mal llamado "Rey Midas del futbol mexicano", le pidieron el rescate de una causa que no supieron diagnosticar a tiempo: encendida, con un vestidor partido, jugadores confundidos, desconfiados y con muy poco tiempo de trabajo. Ese, sí, el ganador de 13 títulos en 26 años de carrera con un mismo perfil, fue también manoseado y desechado de una manera que evidentemente no merecía.
El hechizo del rey Midas desapareció una vez que el genio blanco le indicó sumergirse en las aguas de un río para purificarse. A partir de entonces, ya no se dejó seducir por la codicia y las riquezas.
No, parece que hay una confusión, el "Rey Midas" no fue despedido de Monterrey ni dirigió dos partidos a la Selección Nacional. El verdadero "Rey Midas del futbol mexicano" conserva su sitio, genera mucho dinero, convierte los negocios en oro y, hasta donde se puede ver, no tiene intenciones de tirarse un clavado en ningún río.
@Felixatlante12
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