foto
Ni cómo ayudarles
Rafael Alarcón | 02-10-2018
en CANCHA
compartir por:
"Nos conocemos desde hace mucho tiempo, tenemos una continuidad en nuestro grupo que tal vez los estadounidenses no tienen".

Rory Mcllroy, golfista norirlandés
 
 
El golf es un deporte individual y aunque se juegue en competencias "Stroke Play" de equipos, su esencia sigue prevaleciendo. Sin embargo, cuando el equipo tiene que jugar, en formatos de juego "Mejor Bola" o " Golpes Alternos" es de suma importancia combinarse y sentir empatía con la pareja, tal como es el caso de la Copa Ryder. La "madriza" propiciada de 17.5 contra 10.5 puntos del equipo de Europa al de los Estados Unidos no es de extrañarse porque los estadounidenses simplemente no abandonan sus egos aunque sea un mandato de su capitán.

La Copa Ryder es el evento que más se disfruta ver, esa tensión generada por el espíritu de la competencia expone el nivel natural de cada jugador; hay quienes se crecen y otros que se muestran de qué están hechos.

Para los estadounidenses fue mucho más de lo segundo. La semana pasada dejaron de manifiesto lo que hay detrás de su naturaleza y no es muy difícil entender cuando en la entrada del "Team Room" cuelga un letrero que dice "dejen sus egos afuera de este cuarto". Patrick Reed (campeón del Masters) es de lo más antipático que hay y nadie, incluyendo a Jordan Spieth con quien había tenido un buen récord, lo quería de pareja. Reed se enojó porque lo sentaron y por separarlo de Spieth que hasta su esposa se involucró mandando "Twitts" contra sus coequiperos, ni cómo ayudarles. Bubba Watson es otro del mismo carácter, pero a él simplemente le dieron poca participación. Phil Mickelson manipula el "Team Room" y su opinión se ha hecho pesada porque no duda en exhibir ni a su propio capitán, tal como lo hizo contra Tom Watson hace cuatro años en Escocia, durante la rueda de prensa final. La semana pasada su juego en París fue muy deficiente, ya que logró cero de cuatro puntos posibles. Se ha dicho que es difícil encontrar un buen compañero para Tiger Woods, y debe serlo, porque su récord es malo para ser tan bueno en forma individual.

La semana pasada Francesco Molinari y Tommy Fleetwood lo vencieron las tres veces que se enfrentaron, y al igual que Mickelson, Tiger logró cero de cuatro puntos. Rickie Fowler dejó manifiesto por qué gana tan pocos torneos, simplemente "se arruga" cuando la presión del momento lo rebasa. Dejó más bolas en el campo de Le Golf National que un 15 de handicap.

Para el equipo europeo la fórmula es muy simple, se sientan en el "Hoyo 19" que para ellos es su "Team Room" de cada semana en la Gira de Europa, abren unas cervezas, imaginan las parejas sin ponerle mucha ciencia (amigos con amigos), inculcan el espíritu de jugar por el honor, y mandan en el primer partido a los que muestren mejor juego en las prácticas (para generar inercia). Y en el ultimo partido a quien saben que aguantaría mejor un cierre apretado (buenos sobre el green). Casi siempre les resulta y logran tomar ventaja en la disputa de los 16 puntos en partidos por equipos. Ya cuando llegan a los partidos individuales, donde el resultado en mucho más impredecible, la inercia ganada tiene un peso natural.

A los estadounidenses sólo los salvaría un twitt de su Presidente, Donald Trump, diciendo "Let´s make American golfers great again" para ver si reaccionan, porque sólo han ganado tres de las últimas 12 Copas Ryder.

Hasta el próximo green.

 
Twitter: @ralarcon2009
 
rafaelalarcongolf@gmail.com
 
 
 
 
 
 
compartir por:
Resumen Noticioso
¿Quieres recibir en tu e-mail la columna editorial de Rafael Alarcón?
1 mes2 meses3 meses
Ultimas columnas
Vuelve a rugir
25-09-2018
Serán cuatro en la gran fiesta
18-09-2018
Silenciosa labor
11-09-2018
De presumir
04-09-2018
Dolorosa decisión
28-08-2018
¿Es golf un juego o una industria?
21-08-2018
Pequeño tropezón
14-08-2018
Ganar sí, dominar no
07-08-2018
Auténtico de carácter
31-07-2018
Aguantarse el dolor
10-07-2018
Otras columnas
San Cadilla
SAN CADILLA
José Ramón Fernández
El DT no debe salir caliente a la conferencia
José Pablo Coello
Jugando a ganar