¡Cuánta diferencia!

 
A los regios no les va a gustar que se los remarquen, pero es la verdad: ¡Vaya diferencia de Clásicos!

En los últimos torneos se ha hablado que los buenos son los de Monterrey, que ese Clásico ahora es el que tiene la pasión, que es el que más emociona, y si bien es cierto que sí han sido los mejores, esto hay que reafirmarlo juego tras juego.

El de acá, en Nacional, el de mayores seguidores en todo el País, se jugó con pasión, con esfuerzos, con llegadas, con emociones... aunque terminó empatado.

Ojalá allá en Monterrey hayan visto los dos duelos, no sólo el de ellos.

Qué triste haber visto hace una semana el Tigres-Rayados, donde no hubo llegadas, no hubo goles, no hubo emociones, no hubo triunfador, no hubo deseos mayores de ganar... y sí cierta violencia de unos inadaptados.

¡Estos son Clásicos, compas regios!

 
 
Bravo, Cruz Azul
 
 
Curioseando por el Estadio Azteca ahora que se jugó el Clásico Nacional entre América y Chivas, me di a la tarea de platicar con varias personas que recogían basura en el estacionamiento para después ganarse con ella algún ingreso extra, y ellos me confirmaron eso que se dice comúnmente de que la afición de Cruz Azul es muy familiar.

Y es que resulta que cuando juega La Máquina lo que más se recoge son botellas de plástico, ya saben, de refrescos, aguas o juguitos, mientras que cuando juega el Ame, lo que más sale, por mucho, son latas que, no hace mucha falta decirlo, casi siempre son de cerveza.

Vamos a dejarlo en que la afición de Cruz Azul es más familiar, porque si concluimos que los seguidores de las Águilas son más borrachos, tal vez algunos podrían ofenderse.

Y de una vez deberíamos preguntarnos si será necesario hacer algo para que la gente le baje al consumo desmedido de alcohol en el estacionamiento, digo, con eso de que quieren evitar los incidentes violentos entre aficionados.

 
 
El consentido
 
 
Eso de que en las escuelas siempre hay un alumno que es el favorito del maestro o que en las familias hay un hermano al que los papás quieren más que a los otros tiene un poco de verdad, y si quieren les cito algún otro ejemplo: el futbol.

Hace poco más de un mes, durante el Clásico capitalino entre América y Pumas, el señor Bruno Valdez se ganó una tarjeta roja de una forma infantil y que dejó a su equipo disminuido en un momento crítico del partido.

Por supuesto, ya en el vestidor, Miguel Herrera derramó bilis de la regañiza que le puso al defensor paraguayo por aquella irresponsabilidad y, por supuesto, el problema no quedó ahí, porque luego de que Valdez cumplió su partido de suspensión, alguien le avisó que mejor se pusiera cómodo en la banca porque al menos en Liga ya no era titular.

Fue así como el señor Herrera estuvo alineando de inicio a Edson Álvarez y Emanuel Aguilera los siguientes tres partidos hasta el de la jornada pasada ante Puebla.

Pues justo contra los Camoteros, el señor Edson Álvarez, que ha mostrado un nivel paupérrimo desde el pasado Mundial de Rusia, se llevó la roja de una forma igual de infantil, o quizá más, de cuando Bruno pecó.

Claro que más de uno esperaba en el vestidor que la justicia le cayera al buen Edson, pero ¿qué tal que eso no ocurrió? Tan así que Álvarez salió como titular al siguiente partido de Copa MX.

Me contaron que esto no ha caído bien en el vestidor azulcrema porque hay jugadores que sienten que a veces no agarran parejo en esta mentada cuestión de que todos se están peleando la titularidad.

En fin, ya veremos de qué manera El "Piojo" controla a sus muchachos antes de que se le alebreste todavía más el corral.

 
 
¿Quién manda aquí?

 
Y hablando del "Piojo" alebrestado, ayer vaya que estaba bufando contra las Chivas y la jugada del gol que le marcaron para el empate, en el que Josecarlos van Ranking estaba visiblemente en fuera de lugar.

Tal vez ese "distractor" no hizo que mis estimados colegas que trataron de preguntarle cosas al técnico del América pudieran ahondar en algo que me llamó poderosamente la atención, pues Herrera dijo que "No sé por qué Matheus patea, no tengo ni idea".

Está chido que el técnico le dé libertad a sus jugadores para decidir ciertas cosas, pero luego del megafiasco de la Copa MX ante Juárez, como que se antojaba que lo primerito que tenían que hacer era poner orden en el asunto de los penales.

Sin embargo, anoche eso no ocurrió. Dicen que Roger Martínez pidió la pelota, pero que Uribe casi casi dijo "mía, mía, mía" y pues las carcajadas de los fans del Rebaño inundaron el Estadio Azteca (y las de los antiamericanistas el País entero) con la falla del colombiano.

¿Lo arreglarán esta semana ya sin Copa y sin Clásico?

 
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