Mucho le falta por mejorar a la crítica futbolera.

Entre periodistas y aspirantes a tales es mayoritaria la incapacidad para analizar este juego sin camiseta puesta.

Lo que resulta completamente justificado entre aficionados, es inaceptable entre quienes están para informar, criticar, analizar o juzgar; pero no para echar porras ni para denostar nada más porque sí.

Al realizar tan importante labor, muchos de quienes lo hacen no logran sustraerse a esa tentación de ponerse determinada camiseta: la de un equipo, la de anti otro, o la de varios, o la de algún patrocinador, o la de la empresa en que colaboran.

Por desgracia, la mayoría no entiende que su compromiso fundamental no está con ninguno de esos equipos, empresas o patrocinadores, sino con el lector, el televidente y el radioescucha.

Muy pocos asumen cabalmente la responsabilidad esencial: decir lo que se ve y sustentar lo que se dice sin que obnubile el amor por una camiseta o el odio hacia otra, sin que los distintos intereses contaminen la propia visión ni perviertan el desempeño como periodista futbolero.

También son excepciones, en ámbitos más importantes, quienes ejercen como periodistas la crítica valiente, inteligente, bien sustentada, comprometida, de permanente denuncia por los innumerables actos de corrupción, por los abusos de poder, por la impunidad, por tantas casas blancas y trapacerías de todos los colores.

Conforman una refrescante minoría quienes dentro y fuera del futbol asumen ese compromiso primordial de sólo "ponerse" la camiseta de tanta gente ávida de entender un poquito mejor lo que sucede en su entorno, o en una cancha de futbol.

Será mejor el nuestro, y todo lo que nos atañe más allá de este simple juego, cuando cada periodista, o aspirante a tal, desempeñe con mayor honestidad y profesionalismo el rol que le corresponde.

Entender el propio rol... y respetarlo al actuar en consecuencia.

 
Twitter: @rgomezjunco