"En igualdad de sistemas, la diferencia se establece con las individualidades", coinciden muchos grandes directores técnicos.
América y Chivas se enfrentan hoy en la edición más dispareja en cuanto a estadísticas y funcionamiento se refiere: 20 puntos de distancia (y América con un partido menos); ofensiva 2 vs. 15; defensiva 1 vs. 16 y mejor equipo local vs. visitante 16. Por supuesto que las estadísticas cuentan para plantear el encuentro y no tomarlas en consideración sería simplemente un suicidio para el DT de Chivas Juan Carlos Ortega.
Desde 1866, año en que se crea el fuera de lugar, comenzaron a utilizarse los sistemas de juego y mucho han cambiado desde el 1-10 que se empleaba en esa época, hasta el 4-4-2; 4-4-1-1 y 5-3-2 que podemos observar desde el 2006 hasta hoy.
El sistema de juego debe siempre adaptarse a los jugadores, no al revés. Chivas y América emplean aparentemente sistemas de juego iguales, aunque con características de jugadores muy distintas.
Tanto Ortega como Miguel Herrera gustan de utilizar línea de 5 defensores, con tres volantes y dos atacantes.
Todo parece indicar que América será quien proponga, como lo ha hecho a lo largo del torneo. Si Chivas pretende hacer lo mismo, tal como lo hizo en contra de Atlas a partir del gol que recibió, las consecuencias serán, muy probablemente, desastrosas.
Digamos que América, más que utilizar 5-3-2, en realidad juega 3-5-2: sus carrileros (Layún, Aldrete o Aguilar) mantienen constantemente ocupados a los defensas rivales y tienen esa extraordinaria capacidad de atacar y defender. Una variante que en el equipo del "Piojo" se volvió tan constante que ya es parte de su sistema. Algo que no sucede con tanta precisión en Chivas con Hernández, Ponce y Sánchez, quienes deberán preocuparse más por defender que por atacar y, ellos sí, jugar con cinco defensas.
En seis partidos con Ortega, las Chivas no han podido ganar, aunque es evidente la adaptación y mejoría que muestra el equipo en cuanto a coordinación y referencias.
Un punto que puede resultar definitivo es el juego aéreo: ante Atlas, defensivamente Chivas fue incapaz de ganar un tiro de esquina o una falta diagonal de cabeza; contra Xolos, América no perdió uno solo.
A igualdad de sistemas ganan las individualidades, está comprobado. Quizá la oportunidad de Ortega en esta edición tan aparentemente dispareja del Clásico sea disfrazar su sistema y mantener a sus cinco defensas como defensas y no como volantes ofensivos. En mi punto de vista, los carrileros ganarán o perderán el partido.
@FELIXATLANTE12
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