No hay plazo que no se cumpla. Esta semana terminó la abstinencia futbolera en las canchas de Inglaterra para el delantero del Liverpool Luis Suárez. Después de una sanción de 10 partidos por morder a un defensa del Chelsea en abril y de una telenovela de verano que lo tuvo como protagonista queriéndose ir de su club, llegó el día.

El escenario no podía ser el más adecuado: Old Trafford y un Clásico, aunque no fuera por la Premier League. Las preguntas previas eran acerca de si podría sobrevivir a un clima de hostilidad propiciado por los fanáticos del Manchester United que no le perdonan el incidente de racismo con Patrice Evra, en octubre de 2011, que lo dejó sin jugar varios partidos.

Los abucheos no esperaron a que tocara la primera pelota. Fue el último de la fila del Liverpool. Hizo su ritual de entrada a la cancha bajo la lluvia de insultos. "Luis Suárez tramposo ya estás fuera", cantaban.

Los 90 minutos del arranque de la tercera época de Suárez lo mostraron con la energía de siempre, corriendo cada pelota, moviéndose en todo el frente de ataque. A la media hora de partido dice un cronista inglés: "Se nota lo que Suárez significa para el Liverpool, ¡está en todos lados!".

Su comportamiento fue inmaculado. No reclamó como antaño, fingió pocas veces, aguantó como un guerrero la férrea marca de sus rivales y cometió su primera falta a los 67 minutos de partido. Según el director deportivo del Liverpool, Ian Ayre, ya ha aprendido mucho de sus escándalos.

¿O habrá leído la carta de bienvenida que le dirigió personalmente la sección deportiva del Daily Mirror el día de su regreso?

"Hemos extrañado al Suárez futbolista. Un futbolista de talento extraordinario. Hemos extrañado tu habilidad asombrosa, tu voluntad implacable para ganar, tu compromiso con la marca, tu competitividad, tu amor obsesivo de gol, tu determinación para luchar por la causa, tu habilidad, tu ritmo, tu poder.

"A veces, tu comportamiento ha sido patético -las simulaciones y las rabietas-, lo que no le conviene a un magnífico futbolista. A veces, tu comportamiento ha sido ofensivo e inaceptable -la mordedura y el lenguaje racista", dice más adelante.

Y, concluye: "Ansiamos tu regreso a la acción. Pero no te quedan más vidas. Por favor, corta con la tontería y compórtate. Tu talento y tus seguidores merecen algo mucho mejor".

El "Pistolero" desenfundó siete veces: tres disparos no dieron en el blanco, tres pegaron en los defensas y uno se fue al travesaño.

Pese a que su técnico Brendan Rogers dijo que "un regreso en un Clásico de este tipo era una prueba durísima y él la pasó muy bien", la felicidad no fue completa.

En una de esas jugadas propias del estilo del "Chicharito", el mexicano la empujó a la red y con eso bastó para que el Liverpool se fuera de Old Trafford con una nueva derrota en la maleta, lo que ya parece una costumbre pues ha perdido en 10 de sus últimas 11 visitas.

Esa noche las cámaras estuvieron siguiendo cada paso del "Pistolero", pero la película se la llevó el "Ratón Vaquero".

 
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