Tratando de cumplir con el arbitraje solicitado por la Liga MX, Roberto García se dedica a dar silbatazos al por mayor en Tijuana-Cruz Azul, señalando en el primer tiempo nada más 22 faltas (nueve locales y 13 visitantes), sin percatarse que Alejandro Castro comete cuatro y Fernando Arce recibe el mismo número; no tomando ninguna medida para que se abstuvieran. Además, no quiso sancionar el penal por zancadilla de Joao Rojas sobre Richard Ruiz al 17'.
En el complemento siguió con la misma tónica sancionando 20 infracciones, superando las 40 faltas entre Monterrey y Pachuca; pero lo más censurable es no expulsar a Jair Pereira al 89' porque corta el avance con una mano estando amonestado.
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Puso fin a su trayectoria de 20 años como árbitro profesional de futbol el 24 de marzo de 1996, durante el juego Cruz-Azul-América en el Estadio Azteca. Le correspondió representar al arbitraje mexicano en dos torneos preolímpícos y un Premundial femenil, así como pitar cuatro Finales del futbol mexicano. Se incorporó como colaborador de Grupo Reforma a una semana de su retiro del arbitraje y fue analista de TV Azteca durante más de siete años.
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