Por primera ocasión en lo que va del torneo, los designadores repiten a siete silbantes, destacando Óscar Macías, quien condujo con acierto Monterrey-Pachuca, pues se desarrolló en una cancha en pésimas condiciones, donde tuvo que sancionar 40 infracciones, siendo el juego con mayor número de faltas del Apertura 2013; pero eso no fue obstáculo para que su comisión lo premiara dándole Tigres-Puebla.
De las otras designaciones considero que tres son muy acertadas, destacando la de los dos candidatos al próximo Mundial. Roberto García, quien llevará Tijuana-Cruz Azul, pero fue mejor el mandar a Marco Antonio Rodríguez a un juego que desafortunadamente, aparte de ser el segundo de una serie de tres, tiene antecedentes negativos que se han dado en la tribuna, León-Chivas, y si hay seguridad y disciplina en la cancha, eso se reflejará para la tribuna. Otra designación justa fue la de César Arturo Ramos para Atlante-Pumas.
Pero la de Fernando Guerrero, en Toluca-Querétaro, ¿será que reportó con credibilidad o con conveniencia los hechos que se suscitaron en las bancas del juego Santos-América?
La designación que más sorprende, por no tener sustento de buena actuación, es la de Francisco Chacón, quien en Cruz Azul-Tigres dejó mucho que desear por la pésima calificación de faltas y, por ende, mal uso de tarjetas, pero más criticable es la anulación del gol a los cementeros al 84', pues no hay coordinación entre asistente y central, ya que éste último lo había concedido, pero el señor Jimmy Acosta levantó bandera sancionando fuera de juego, y como tal, sí castigaron a éste último.
Los parámetros no son parejos.
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