En el futbol, como en los mercados financieros, el desempeño pasado no garantiza los rendimientos futuros.
Si algo debemos aceptar de la situación por la que hoy atraviesa nuestro futbol, la Liga y los equipos regiomontanos, es que también somos pésimos para predecir el mañana.
Al futbol mexicano ya se le agotó el tiempo para sustituir sus ocurrencias por información científicamente comprobada.
Si tomamos como cierto lo que publicó Roberto Gómez Junco: "En un país permanentemente 'en vías de desarrollo' no puede esperarse un futbol cabalmente desarrollado", creo, como punto de reflexión, que al ser la suma de las actividades económicas -donde la industria del futbol no está exenta- los motores que provocan o frenan el crecimiento de una región o país, el nivel del futbol en México, lejos de ser efecto del subdesarrollo, se le debe tratar como una de muchas otras causas del mismo.
Si a usted le parece una exageración, le informo que La Liga en España genera más de 10 mil millones de euros anuales, lo que supone un 1.7 por ciento del PIB, con 85 mil puestos de trabajo directos e indirectos.
Desde hace algunos años, al prender el televisor presionamos botones que nos ofertan por el mismo precio al Barsa, Manchester United, Bayern, Chelsea, Santos, América, Monterrey o Tigres. Y por más injusta que sea la comparación, la competencia ahí está estimulando el "zapping" y lo que es aún más grave: ¡llegó para quedarse!
Señores, un equipo de futbol sin buen número de "tele-nautas" está condenado a morir. La venta de contenidos le generó en el 2012 al Manchester City 100 millones de euros, a la Roma 64, al Real Madrid 200 y a los Tigres o Monterrey, que no tienen clientela internacional, apenas 7.
Al ser un equipo sin fronteras, General Motors le pagó al Manchester United 70 millones de dólares anuales sólo por bordar sus siglas.
Alrededor de esta realidad, la mexicanísima y paternal acción de: "Bloqueen todos los partidos internacionales o limiten a no más de tres la difusión de los mismos para que no capten a nuestros aficionados", aquí sí es imposible.
En otras palabras, para el futbol mexicano sólo hay de dos sopas: o se sientan en la banqueta esperando a que el mundo cambie de dirección, o bajo las reglas de la injustísima globalización cambiamos para ir por un pedazo del pastel.
PD: "No deje a nadie decir que algo es demasiado competitivo. Si disminuye a los que no trabajan muy duro y a los que no son tan buenas como usted, su competencia se reduce drásticamente". (Maggie Mason)
Lo escrito, escrito está.
castillejos@elnorte.com
|