Unos con muchas ilusiones, otros con esperanza y algunos más con sueños por cumplir o revanchas por cobrar, pero, a partir de la segunda jornada de la ronda de grupos, poco a poco se suman los países que ya pueden empacar y tramitar su regreso.

Primero fue Egipto, que luego de caer ante Uruguay (1-0) y Rusia (3-1), deja la sensación que 28 años de espera, tras su anterior participación, merecieron un poco más. Sobre todo por contar con quizá el mejor futbolista de la temporada 2017- 2018 en el mundo: Mohamed Salah, quien se perdió el primer encuentro por precaución y/o decisión técnica, tras la lesión en el hombro sufrida en la Final de Champions League.

Erróneamente hay quienes creían que Salah podría ser Balón de Oro de esta Copa del Mundo; nada más lejos de la realidad, simplemente por la selección tan discreta que representa. Para su tercer y último partido ante Arabia Saudí, el atractivo máximo de "Los Faraones" es, sin duda, la participación y el récord del arquero de 45 años: Mohamed Al Hadary.

El segundo equipo sin posibilidades de avanzar fue otro africano: Marruecos. A mi juicio (junto con Perú), uno de los equipos con juego más alegre y propositivo. Cayeron en su debut ante Irán (1-0) con autogol en tiempo agregado y contra Portugal con un descuido al inicio del encuentro. De las 32 selecciones, fueron la que mayor número de jugadores nacidos fuera del país tenían: 17 de los 23. Benatia (Juventus), Hakimi (Real Madrid), Amrabat (Leganés), el arquero Munir (Numancia) o Ziyech (Ajax), son algunos de los que merecían mayor fortuna en esta Copa, en su regreso tras 20 años de ausencia.

La despedida del tercer eliminado, Arabia Saudí, no extrañó a nadie y pinta para ser el peor de la competencia. Juan Antonio Pizzi, quien no logró clasificar a Chile, se hizo cargo de esta selección cuando ya estaba dentro del Mundial, por lo que fue muy criticado. Cambió al arquero luego de los cinco goles recibidos en el partido inaugural, pero Al Owais tuvo un error que costó el único gol uruguayo.

El turno fue de Perú, posteriormente. Ninguna afición tan ansiosa y apasionada por el regreso de su Selección a la Copa del Mundo (luego de 36 años) como la peruana. Un penal fallado ante Dinamarca le quitó la confianza a uno de sus futbolistas claves: Christian Cueva. La relegación de su máxima y controversial figura de la alineación titular en ese primer partido, Paolo Guerrero, sin duda pesó en la falta de gol. Perú fue un gran dolor de cabeza para Francia, pero una vez más no fueron capaces de anotar, pese a que Guerrero (esta vez titular) tuvo una muy clara frente a Lloris. Con una base de futbolistas que militan en México, la selección inca se fue muy pronto para lo que en realidad tiene su plantel. Quizá demasiada ansiedad por tanta espera.

Costa Rica llegó con la expectativa de Brasil 2014 vigente, y aun con la mitad de aquel plantel dirigido por Jorge Luis Pinto, que llegó a Cuartos de Final. En ese entonces los problemas internos motivaron al grupo, esta vez, por el contrario, fueron letales. Ante Serbia no fue el tiro libre y ante Brasil no fueron los goles después del minuto 90; contra los dos rivales fue la inoperancia ofensiva y la dependencia de Keylor Navas, quien una y otra vez salvó su portería. Los ticos padecieron la falta de un real centro delantero y el técnico Ramírez nunca confió en Joel Campbell, veloz y habilidoso atacante del Betis. Esta es la realidad de Costa Rica desafortunadamente hoy en día.

Estos son los primeros cinco eliminados de Rusia 2018, cada uno con distintas debilidades, cada uno con distintas fortalezas no explotadas... día con día se sumarán más, pero siempre con el honor de haber representado a su respectivo país.

 
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