Alemania versión Francia 2010
 
 
Ya Manuel Neuer salió a descartar que en la Selección de Alemania haya una ruptura de vestidor y un divisionismo en la plantilla entre jóvenes y experimentados.

Pero cómo estará la cosa de sería que incluso me contaron que más de uno de mis carnalitos del Tri percibieron el pasado domingo en el Estadio Luzhniki un ambiente bastante malvibroso entre una parte de los jugadores hacia el técnico Joachim Löw.

En estos días ese es un tema que ha sonado con cierta fuerza ya que hay críticas por la sobreprotección del timonel a elementos como Manuel Neuer, titular pese a que apenas regresó de una lesión y con todo y el extraordinario momento de Marc-André Ter Stegen, o bien la exclusión del chamaco Leroy Sané.

Si bien lo que en el Tri percibieron no pasa de ser simplemente eso, alguna mala vibra traerá La Mannschaft para hacer evidente la desunión en los pasillos que conducen a la cancha. No vaya a ser que al rato nos enteremos que se repite la historia de Francia en 2010, cuando en el medio tiempo del partido contra México estalló la bomba entre el técnico Raymond Domenech con sus jugadores, quienes terminaron sucumbiendo ante el Tri.

 
 
Ojos cuadrados
 
 
Los alemanes taaambién se quedaron con el ojo cuadrado tras ver el desempeño de la Selección Mexicana, pero lo que más cuestionan es cómo el Tri pudo sorprenderlos así pese a tener uno de los departamentos de inteligencia más completos de toda Europa.

Allá en la prensa germana uno de los temas recurrentes es el cómo el Tri estudió a fondo a La Mannschaft, al grado de incomodarlos al quitarles la pelota y después dañándolos con rápidas transiciones al ataque, ante un equipo que detrás de Toni Kroos no tiene un Casemiro para apagar los fuegos.

Y si bien las alarmas en Alemania no se encienden como suele ocurrir con el Tricolor, sí hay quien cuestiona el que la plantilla se haya ido haciendo vieja con jugadores que incluso sobreviven de aquella generación que no pudo coronarse en Sudáfrica 2010.

 
 
¿Todo olvidado?

 
El escándalo por la fiesta de Las Lomas quedó de lado, al grado de que Shantal Mayo, la esposa de Héctor Herrera, fue la primera en entrar al búnker del Tri el pasado lunes en la primera de las dos reuniones pactadas con las familias hasta el momento; la segunda será el domingo, pero más allá de que a nivel familiar hubo perdón, en el corazón del "Zorrillo" no lo hay para la prensa, que vaya que lo tundió por el showcito.

Por ello el domingo, más de uno se fue casi de espaldas no porque Herrera haya pasado por la zona mixta del Estadio Luzhniki driblando cualquier intento de cuestionamiento, sino por la mirada asesina con la que miró a cuanto personaje se cruzó por su camino.

 
 
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