"El futbol es de momentos, hay que aceptar la critica, aceptar que como jugador, como futbolista y como ser humano me he equivocado y no queda más que trabajar en los errores, buscar ayudar a los compañeros... estoy muy molesto por no poder ayudarles en este momento". Con estas palabras aceptó José de Jesús Corona su responsabilidad en las dos derrotas de México que tienen a nuestra Selección al borde de la eliminación. "Chuy" dio la cara con toda entereza, hizo frente a la crítica.

Corona, a sus 32 años, es considerado por muchos el mejor arquero mexicano del momento. Su tranquilidad, seguridad de manos, despeje preciso, buen juego aéreo, colocación y sobriedad son irresistibles para cualquier técnico. Sus errores son tan esporádicos que al momento de aparecer alarman a todo el País. Para desgracia (suya y de la afición mexicana), este extraordinario portero falló en dos encuentros determinantes y consecutivos de la Eliminatoria Mundialista, por lo que de inmediato sus múltiples aciertos (fundamentales para no perder) fueron olvidados.

Cuentan quienes estuvieron ahí, en Santo Domingo esa noche del 8 de agosto de 2003, que tras la derrota 4-3 ante Argentina, en la etapa de grupos de los Juegos Panamericanos, Corona ingresó al vestidor destrozado, abatido... hecho pedazos anímicamente. El portero, quien había tenido una noche muy desafortunada, se dirigió al cuerpo técnico y pidió su renuncia con el corazón en la mano. A sus 22 años y tras su exitoso torneo de debut con Atlas, Corona sintió en ese momento lo que todo futbolista experimenta tras los primeros tropiezos y errores: las ganas de abandonar y el auto cuestionamiento sobre la capacidad para estar ahí.

Un día después de sus primeras declaraciones tras la derrota en Columbus, Corona se sentó en la conferencia de prensa de Cruz Azul para responder con la misma frontalidad y aceptación. Si bien es cierto que la historia del "primo golpeador" quedará como un clásico y la agresión en Morelia hacia el preparador físico no se olvidará, "Chuy" nos demuestra hoy en día que su altísimo nivel en la portería va de la mano con su madurez y control. Si mañana tiene que ir a la banca, como ya sucedió en este Hexagonal, lo aceptará con toda humildad y hará lo que le corresponde para que México logre su pase a la Copa del Mundo.

Porque el futbol es de momentos... y de autocrítica... y de trabajo constante, pero sobre todo porque Corona ha evolucionado enormemente desde aquel Panamericano de 2003, y en vez de tirar la toalla busca ser mejor, por todo eso podemos asegurar que pese a los dos errores, tenemos gran arquero para rato.

 
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