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¡Es una vergüenza!
José Pablo Coello | 24-04-2018
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El pasado fin de semana Colin Kaepernick recibió de parte de Amnistía Internacional el premio "Embajador de Conciencia 2018", el más prestigioso galardón otorgado por esta influyente organización. Para entender la dimensión del reconocimiento, basta con señalar que entre algunos de los ganadores están personajes de la talla Nelson Mandela, Vaclav Havel, Malala Yosafzai y Peter Gabriel, por citar solo algunos.

Ya en 2017, Kaepernick había sido nominado como uno de los ciudadanos del año por la revista GQ, mientras que Sports Illustrated le había entregado el premio al Legado Muhammad Ali. Además, estuvo entre el grupo de finalistas para ser nominado como la Persona del Año por la revista Time.

En pocas palabras, la labor realizada por el ex mariscal de campo de los 49ers se ha ganado el respeto y el reconocimiento de propios y extraños. El propio Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional, definió con precisión la importancia de lo hecho por Kaepernick, al señalar "su valentía excepcional, al negarse a aceptar o a ignorar la discriminación racial".

Lo que resulta increíble, es que a pesar de que lo hecho por Kaepernick durante la campaña de 2016 lo ha convertido en un hombre respetado y admirado, la NFL le haya cerrado las puertas de forma, no solamente injusta, sino ilegal.

Y es que si no es a través de un acuerdo entre los 32 dueños de la Liga para no contratarlo, no hay otra forma de explicarse que este hombre no haya recibido una sola oferta de trabajo desde que se convirtió en agente libre el año pasado. Es cierto que quizás no tenga el nivel para ser titular, y que su estilo de juego puede no ser el adecuado para cualquier sistema ofensivo. Sin embargo, me niego a pensar que Kaepernick no sea mejor opción que muchos de los mariscales de campo de segundo o tercer equipo que hoy tienen contrato firmado.

Es evidente que el problema de "Kap" no es económico. Ganó más de 40 millones de dólares con San Francisco y, además, es un tipo preparado e inteligente al que no le faltarán opciones para mantenerse activo y sentirse productivo.

La NFL está cometiendo un error en su afán por "proteger el negocio". De entrada, tendrán que librar la demanda que Kaepernick ha interpuesto por colusión, un delito muy penado por las leyes en Estados Unidos. Y aun si las autoridades fueran incapaces de demostrar con hechos algo que es obvio
y evidente, la Liga tendrá que pagar el costo, ante la opinión pública, de haberse comportado como una organización autoritaria, en la que la libertad de expresión y los derechos humanos pueden ser sacrificados a cambio de algunos dólares.

 
Twitter: @JosePabloCoello
 
 
 
 
 
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