Cuando quedan por jugarse dos jornadas, son 13 los equipos que aspiran al título.

Aunque para algunos de ellos sean muy endebles esas aspiraciones, a ninguno de esos 13 equipos se le puede descartar por completo como próximo Campeón de Liga del futbol mexicano.

Con el primer lugar seguramente se quedará el Toluca (33 puntos), algo que sólo un auténtico milagro del Santos Laguna (29) podría impedir.

Después vienen otros tres equipos ya clasificados (América y Tigres con 26, Monterrey con 25), pendientes de definir, al igual que toluqueños y santistas, en qué lugar lo hará cada uno.

El Morelia, con 23, está muy cerca de asegurar su boleto; y al acecho principalmente de los Xolos y Pachuca (ambos con 21) están el Necaxa (20), los Pumas (20), el Veracruz (18), el León (18) y el Puebla (17).

Los otros cinco (el Querétaro, el Cruz Azul, las Chivas, el Atlas y los Lobos) se han quedado sin Liguilla con sobrados merecimientos, como castigo a sus malas campañas.

Todo eso, antes de los dos partidos jugados ayer.

Y en lo que se refiere al descenso, todo parece indicar que hoy se acaba el sufrimiento para los revitalizados Tiburones, y que los famélicos Lobos de la BUAP regresarán al lugar del que hace menos de un año vinieron.

Un criterio de descenso que debería ser revisado y modificado, quizá para quitar el asunto de los cocientes y hacer descender, simple y sencillamente, a los dos o tres peores equipos de cada año.

Como debería modificarse también el laxo "criterio de clasificación", para evitar que prácticamente cualquiera, como sucede cada seis meses, aspire al título sin haber jugado para merecerlo.

Porque son demasiadas las bondades de este sistema de competencia promotor de la mediocridad e inhibidor de la búsqueda de la excelencia.

A ver quiénes y cómo las aprovechan en esta ocasión.

 
 
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