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La Dominguera
San Cadilla | 01-04-2018
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El irrepetible Juanito
 
Ni Di Stéfano, Puskas, Butragueño, Raúl, Iker o el mismísimo Santiago Bernabéu. Juanito es el único jugador al que recuerdan los aficionados del Real Madrid en todos los partidos celebrados en el mítico estadio merengue.

Con un cántico que proviene de la cabecera de los "Ultra Sur", el principal grupo de animación madridista, el resto de asistentes se encargan de acompañar a todo pulmón un: "¡Illa, illa, illa, Juanito Maravilla!", cuando el cronómetro del partido marca el minuto 7, en honor al dorsal que utilizaba el habilidoso Juan Gómez González.

Un jugador nacido en Málaga, que inició su carrera profesional a los 14 años en el Atlético de Madrid. Durante un partido amistoso ante el Benfica de Portugal, un choque fortuito con el arquero le provocó una fractura de tibia y peroné a los 17 años. Sin terminar la recuperación, el club madrileño lo transfirió a otro equipo y el futbolista malagueño salió dolido de la entidad colchonera. Su equipo fue el Burgos, de la Segunda División de España, en donde Juanito recuperó el nivel futbolístico y a los 20 años, fue el principal artífice de un ascenso a la Primera División.

"Tenía una habilidad, un atrevimiento que daba gusto verlo. Yo cuando estaba lesionado en el Alavés, me iba a Burgos a ver a Juanito. No a ver al Burgos... ¡a ver a Juanito!", recordó un día Jorge Valdano.

En el campo, Juan Gómez era un virtuoso. Jugador bajito, hábil, rápido, de gran desborde y centros precisos. Elaborador de jugadas de gol, pero tenía también la eficacia para anotarlos. Sus condiciones llamaron la atención de los grandes clubes de España: Real Madrid, Barcelona, Valencia y un Atlético que ansiaba su regreso.

El club blaugrana fue quien más dinero ofrecía, pero el presidente del Burgos, Antonio Martínez Laredo, madridista confeso, facilitó la negociación en la que Juanito fue transferido al Real Madrid por 27 millones de pesetas, en 1977.

 
 
ROMANCE EN MADRID
 
Con el Real Madrid conquistó 5 Ligas, 2 Copas de la UEFA, 2 Copas del Rey, convirtió 121 goles y ganó un Pichichi. Durante los 10 años enfundado en la camiseta blanca, creó una formidable asociación con el delantero Carlos Santillana, a Hugo Sánchez le llamaba "Tequila", y era uno de los jugadores más querido por su carisma, en el vestidor que compartía con Vicente del Bosque, Jorge Valdano, Emilio Butragueño, Míchel, entre otras figuras. La osadía en su juego y una defensa a ultranza dentro y fuera del campo por el escudo del Madrid, le convirtieron en ídolo de la afición en sus primeras temporadas.

 
 
EL ESPÍRITU DE JUANITO
 
"90 minuti en el Bernabéu son molto longo", les advirtió Juanito en un tono de improvisado lenguaje italiano, a los jugadores del Inter de Milán, de camino al túnel que conducía a los vestidores, durante las semifinales de la Copa de la UEFA, en 1986. Aquel partido lo ganó 3-1 el equipo nerazzurri.

Darle vuelta al marcador lucía complicado, pero en el conjunto blanco la confianza se reflejaba en la frase que aquella noche inmortalizó el malagueño.

Hugo Sánchez estuvo presente en ese juego y marcó en dos ocasiones de penal, con el gol de Rafael Gordillo y el descuento por parte de los visitantes, obra de Liam Brady, se empató la serie en tiempo regular y los minutos serían más largos que 90.

En tiempos extra, con un doblete del prodigioso remate de cabeza de Carlos Santillana, el Real Madrid selló un 5-1 y se encaminaron a la Final que ganarían posteriormente en Berlín, ante el equipo alemán F.C. Colonia.

A esa confianza para lograr una remontada se refieren los madridistas cuando aparece un revés en el partido de ida, sobre todo, en una competición europea y se apela al "espíritu de Juanito", con 90 minutos largos en el estadio Santiago Bernabéu para remontar el marcador.

 
 
MUNDIALISTA CON LA ROJA
 
Fue integrante de la Selección Española que asistió a la Eurocopa de 1980 y a las Copas del Mundo de 1978, en Argentina. Y la Copa del Mundo de 1982, como anfitriones del evento mundialista. Jugó 34 partidos y anotó 9 goles.

 
 
TEMPERAMENTO
 
En su carrera protagonizó episodios que encaminaron su salida del club más laureado del mundo. Un carácter emocional, de arrebato y desmedido, lo traicionó en diversas ocasiones y se tradujo en multas, suspensiones y una imagen que perjudicó al Real Madrid en aquel entonces. En 1978, fue suspendido un año y medio por la UEFA, después de propinar un cachetazo al árbitro Adolf Prokov, en un partido de eliminatoria que terminó en la eliminación directa del Real Madrid, en Suiza.

En 1987, en un partido de Semifinal ante el Bayer Múnich, Lothar Matthäus le cometió una dura entrada a Miguel Porlán "Chendo", el madridista se levantó y empujó al alemán al césped, y en cuestión de segundos, Juanito llegó a la escena para pintarle a Matthäus los tacos del calzado en el rostro, mientras estaba tirado.

"En mi carrera deportiva he sido una persona que tenido dos 'yo'. Hoy ha podido el 'yo malo'. El 'yo irracional' ha podido al 'yo racional'. He cometido esa torpeza y maldigo ese comportamiento", declaró esa misma noche un avergonzado Juanito. El pisotón le acarreó cinco años de suspensión y el fin a las diez temporadas con el Madrid, dirigido en aquel entonces por Leo Beenhakker.

Su destino fue el Málaga, el equipo de su ciudad, que se encontraba en la Segunda División y que también, al igual que con el Burgos, logró ascender a la primera categoría.

 
 
TORERO EN EL FUTBOL
 
El malagueño tenía una afición particular por la fiesta brava. Se declaraba un torero frustrado que cambiaría sus logros por una salida a hombros en la plaza de toros de Las Ventas. Esa pasión también le generó sanciones: Juanito asistió a un festival taurino de aficionados para lidiar vaquillas. Sabía que la institución merengue lo prohibía y en un acto de rebeldía, no solo asistió a la plaza, sino que quería que todos lo vieran torear y en un viaje en autobús con el equipo, con directivos incluidos, Juan Gómez proyectó el video de aquella tarde de capea y el precio de su atrevimiento fue una multa económica.

A su despedida del futbol con el Málaga, en el estadio La Rosaleda, en 1989, el torero español Curro Romero, le cortó de manera simbólica 'la coleta', como hacen los matadores de toros cuando se retiran de la profesión.

 
 
26 AÑOS DEL ACCIDENTE
 
A su retiro, inició la carrera de director técnico con el Club Polideportivo Mérida, un equipo de la Segunda División, que tenía por arquero a un novel Santiago Cañizares. El 1 de abril de 1992, Gómez viajó con integrantes del cuerpo técnico y jugadores, desde la ciudad de Mérida a Madrid para presenciar el partido de la Copa de la UEFA entre el Real Madrid vs. Torino. En su regreso de madrugada para entrenar al día siguiente, un camión de troncos se volcó y su preparador físico, que conducía el auto, no logró esquivarlos y terminaron por impactarse contra otros vehículos, lo que provocó la muerte de Juan Gómez que dormía en el momento. Su acompañante logró sobrevivir y la noticia de su fallecimiento a los 37 años, impactó en España.

Aún con el paso del tiempo, su irrepetible figura sigue vigente. Mañana se cumplen 26 años y en el estadio del Real Madrid será recordado en cada minuto 7, el minuto de Juan Gómez "Juanito".

 
 
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