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La novela continúa
José Pablo Coello | 06-03-2018
en CANCHA
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Le'Veon Bell es uno de los jugadores más productivos desde su llegada a la NFL en 2013. Como parte de una de las ofensivas más explosivas de la Liga, Bell se ha convertido en una pieza muy valiosa por su capacidad para hacerle daño a las defensas rivales tanto por tierra como por aire. La importancia del egresado de Michigan State en el esquema ofensivo de Pittsburgh no está a discusión, aun cuando ha mostrado ser un corredor frágil y en un par de ocasiones, ha sido suspendido por violar la política de abuso de sustancias de la Liga.

Tras no haber podido llegar a un acuerdo a largo plazo con los Acereros, Bell jugó la temporada de 2017 con la etiqueta de jugador franquicia. Gracias a dicha designación, la escuadra comandada por Mike Tomlin pudo mantener en sus filas a un elemento fundamental que al término de su contrato de novato cobró poco menos de cuatro millones de dólares en total, una cifra ridícula si se toma en cuenta el rendimiento del jugador.

Bell nunca estuvo de acuerdo con la decisión del gerente general Kevin Colbert y no se presentó en el campo de entrenamiento del equipo sino hasta unos días antes del inicio del calendario regular, aun cuando su sueldo para 2017 era de más de 12 millones de dólares, casi 50 por ciento por encima del segundo corredor mejor pagado en la NFL. Este retraso afectó su rendimiento en las primeras semanas de la campaña y generó cierto malestar en la organización.

Aunque el jugador ha dicho que por ningún motivo jugará la temporada de 2018 con la etiqueta de jugador franquicia, las negociaciones no han llegado a ningún lado y parece ser que hoy, Pittsburgh se verá obligado a etiquetarlo de nuevo. Esto le garantizaría al jugador un sueldo de 14.5 millones de dólares, con lo que volvería a ser, de lejos, el jugador mejor pagado de toda la NFL en su posición.

Sin embargo, Bell quiere un mejor sueldo (se habla de cerca de 17 millones de dólares por campaña) y un acuerdo a largo plazo o, al menos, una cifra de alrededor de 30 millones de dólares garantizados.

La mayor parte de los jugadores han manifestado su apoyo a Le'Veon, cuya productividad cuando ha estado activo, está fuera de toda discusión. Igualmente, miles de fanáticos esperan ansiosos una solución amigable a este conflicto.

Sin embargo, la directiva está frente a un dilema complicado para el que no parece haber una solución sencilla. Aunque Bell pareciera insustituible, cada vez hay más corredores de calidad disponibles en las filas del futbol colegial. Y aunque sea una pieza valiosa en el ataque terrestre y aéreo, pagar más de 15 millones de dólares al año, tomando en cuenta sus antecedentes de lesiones e indisciplina, parece un exceso. Finalmente, firmarlo por más de 4 años sería apostar a que su productividad no se redujera al cumplir 30, algo que ocurre casi sin excepción en la actualidad.

Pittsburgh es una organización exitosa, gracias a que difícilmente toma decisiones pasionales que comprometan, con un solo contrato, la viabilidad financiera de la institución. Por lo tanto, aunque parezca descabellado, no sería nada raro que Bell terminara jugando con algún otro equipo la próxima campaña, o bien, cumpliendo con su amenaza de retirarse en caso de recibir la etiqueta de jugador franquicia por segundo año consecutivo.

 
 
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