Medidas Ante lo pobre que ha resultado hasta el momento el Clausura 2018 para el Atlas, los pateabalones verán golpeados sus bolsillos.
No es que vayan a cortarles el sueldo, pero de pantalón largo buscarán jalarles las orejas porque, al menos dentro de la cancha, han arrastrado el orgullo y gacho.
El Grupo Salinas establece sus bonos desde el principio del torneo; es decir, acuerda dinerito extra si alcanzan Liguilla, ganan partidos clave u obtienen cierto número de puntos, pero, a como están las cosas, se me hace que nanais.
Porque, se los firmo, al inicio del año eludir el descenso no incluía premios, pues la directiva veía al equipo en lo alto de la clasificación -se vale soñar-, pero la jugada hasta ahora no les ha salido.
Sería mejor le hagan caso a Rubén Omar Romano y se claven en la problemática del descenso.
Los Zorros, al inicio del torneo, tenían 13 puntos de colchón sobre el Veracruz y ahora sólo quedan 8, gracias al América, por cierto. Dirán algunos que todavía son muchos, el gran pero es que este plantel rojinegro está sudando la gota gorda para sacar unidades.
¿Se acuerdan de que su servilleta les había dicho que el problema no era el técnico? No sé ustedes, pero se me hace que este plantel puede tener 10 cambios en el banquillo y la cosa seguirá estando ca... ramba.
Ah, que el Atlas.
Lágrimas Tanto dolió el gol de Bruno Valdez anoche en Veracruz que hasta hubo quien lloró en el plantel de los Tiburones.
A falta de unos segundos para que se acabara el juego, a los escualos les arrancaron 2 puntos que los habrían acercado a 6 del Atlas y el Querétaro en la tabla del descenso.
Aunque no sé exactamente de quién fueron las lágrimas, sí sé que gane, pierda o empate, siempre le vemos la misma cara al técnico Guillermo Vázquez.
Sería un gran jugador de póker, ¿a poco no?
¿Calladito?
Aunque Jorge Vergara continúa en modo silencioso y sin dar entrevistas, quesque para no ponerle presión extra al plantel de las Chivas, se puso activo en redes sociales para emitir sus opiniones acerca del equipo.
El sábado, después del empate en casa frente al Pachuca, en su cuenta de Twitter confirmó su confianza en el proyecto de Matías Almeyda, que, para él, lo único que necesita en este momento es paciencia y salivita.
Pero además retomó su popular costumbre de lanzar apuestas.
El sábado, Omniyorch intercambió tuits con el precandidato del PRI a la Presidencia, José Antonio Meade, de cara al duelo entre los Pumas y las Chivas, de la próxima semana.
"Yo mero ¡Goooya, goooya! ¡Universidad!", publicó Meade.
"Ufff, no creo, la historia dice que son clientes", respondió Vergara.
"La tabla dice que les vamos a ganar muy bonito", replicó el político.
En fin, acordaron que el perdedor se pondría una camiseta del equipo rival en un evento público.
Lo bueno es que calladito se ve más bonito.
Medallita Cuando las cosas salen bien, muchos se cuelgan las medallas.
La costumbre es que Miguel Herrera, Santiago Baños o Mauricio Culebro aparezcan delante de los reflectores, pero también es de reconocer la tarea del preparador físico Giber Becerra.
Si ustedes, mis filosos lectores, ven que Cecilio Domínguez, Jeremy Menez y Renato Ibarra vuelan en el campo es porque se quedan a trabajar horas extras.
De hecho, lo de Cecilio es un caso especial, porque el paraguayo fue quien se le acercó al preparador para pedirle ayuda y todo lo que fuera posible con tal de que el "Piojo" lo tomara en cuenta.
No es extraño que a diario estos tres compadres se queden una o dos horas extras en Coapa para entrenar y no bajar el nivel que traen.
Becerra, quien tiene una exitosa vida como empresario fuera de Coapa, no tiene bronca en dedicar ese tiempo a los jugadores y, al terminar, cruzar la calle y meterse en una cafetería cercana para cumplir con su otra labor.
Sería bueno colgarle una medallita, de vez en cuando, a quienes trabajan en el cuarto de máquinas.
¿No creen?
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