Mucho se ha hablado de la gran campaña que ha tenido Tom Brady al frente de Nueva Inglaterra. Y es que aunque a muchos pueda parecerles una cifra irrelevante, lo hecho por el legendario mariscal de campo de los Patriotas adquiere una dimensión especial si tomamos en cuenta que hay escasos antecedentes de jugadores que con 40 años cumplidos hayan sido capaces de rendir a un nivel similar.
Es más, si echamos la vista atrás en la historia de la Liga, me parece que solamente hay una temporada que puede compararse con la que acabamos de atestiguar por parte del número 12 del equipo campeón de la NFL.
En 2009, luego de haber jugado un año con los Jets de Nueva York con el simple objetivo de poder desligarse de Green Bay y obtener su libertad incondicional, Brett Favre se integró a las filas del archirrival del equipo de sus amores. Los Vikingos de Minnesota, que en ese entonces tenían más de 30 años sin poder llegar a un Super Bowl, apostaban por el veterano mariscal de campo para complementar un equipo plagado de talento. Con 40 años a cuestas y con todos los pronósticos en contra, Favre tuvo quizás la mejor campaña de su extraordinaria carrera.
De entrada, Favre llevó a su equipo a ganar la corona en la División Norte de la Conferencia Nacional con marca de 12 ganados y 4 perdidos. Adicionalmente, acumuló el mejor rating de su vida, con 107.2, y terminó con 4 mil 202 yardas por aire.
Lo más relevante, sin embargo, es que consiguió acumular 33 pases de anotación por sólo 7 intercepciones, con un minúsculo porcentaje de 1.3 por ciento de sus envíos interceptados, la mejor cifra de toda su trayectoria. En suma, lo hecho por Favre en aquella mágica temporada tiene una íntima relación con lo que tantas veces ha mencionado Brady cuando habla de su excelente rendimiento en las últimas campañas: las cosas dentro del terreno de juego suceden más "lentamente", y el conocimiento acumulado le permite tomar mejores decisiones.
A pesar de lo anterior, la historia de Favre en el 2009 terminó gracias a un error absurdo en el juego de campeonato ante Nueva Orleans. Desde entonces, Minnesota sigue esperando volver a un Super Bowl y romper con más de 50 años de frustraciones.
Es así que el próximo domingo, en la ciudad a la que Favre ilusionó a miles hace 9 años, Tom Brady tendrá la oportunidad de buscar que su historia tenga un final distinto. Lo hecho por Favre está registrado en los libros de la historia, pero pierde relevancia por aquel final dramático y agridulce. Habrá que ver si los Patriotas son capaces de ganar el bicampeonato para que entonces sí, la temporada de 2017 quede registrada como la mejor de todos los tiempos para un mariscal de campo de 40 años.
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