"Amo esto: Fracasa temprano, fracasa seguido y fracasa en adelante... Fracaso es la parte principal de ser exitoso; de hecho debes ser capaz de buscar el fracaso, sentirte cómodo con él... En el fracaso es donde se encuentran las lecciones y el crecimiento. La gente exitosa fracasa mucho más de lo que tiene éxito... Tienes que vivir al punto en el que se garantiza el fracaso... El fracaso te hace reconocer las áreas donde necesitas evolucionar".
El párrafo anterior pertenece a un video publicado por el actor Will Smith en su cuenta de Instagram y grabado a bordo de un auto en movimiento. Sin duda conceptos interesantes una vez que asimilamos las únicas dos seguridades que tenemos después de nacer: morir y fallar.
Es conveniente sin duda que todo atleta entienda y experimente lo que significa el fracaso para ser capaz de comprender y saborear el éxito, pero de la misma forma es aun más importante que no se acostumbre ni a lo uno ni a lo otro.
Probablemente una de las jugadas más increíbles de los últimos años en la NFL se dio durante el partido de Playoffs entre Nueva Orleans y Minnesota el pasado domingo 14 de enero: marcador 24-23 en favor de los Santos. Con tan solo 10 segundos en el reloj, sin tiempos fuera, en tercera oportunidad y 10 por avanzar en su propia yarda 39, al quarterback Case Keenum no le quedaba otra que buscar un pase rápido hacia la banda, avanzar 20 yardas y buscar el gol de campo con al menos un segundo restante... algo extremadamente difícil de lograr. Por su parte, el equipo de Nueva Orleans solamente debía taclear al receptor dentro del campo, sin importar donde, para de esa manera, ya sin tiempo, ganar el encuentro y disputar la Final de Conferencia.
El pase de Keenum, lanzado desde su propia yarda 31, se dirigió a Stefon Diggs, hacia la banda y en la yarda 35 de los Santos, pero no tan cerca de la línea. Marcus Williams, segunda selección del equipo, novato y safety de gran temporada, llegó atinadamente a la cobertura y solamente tenía que detener a Diggs dentro del terreno de juego. Sin embargo, un extraño movimiento suyo le hizo perder de vista al receptor y no solamente irse en banda sin utilizar sus brazos, sino chocar a su compañero Ken Crawley, quien también podía detener a Diggs. El receptor de los Vikingos se fue hasta la zona de anotación, con el reloj en cero y en una jugada de 61 yardas.
De esa manera los Vikingos son el primer equipo en anotar sin tiempo en el último cuarto de un partido de postemporada y pueden ser el primer equipo en jugar un Súper Bowl en su propio estadio.
Marcus Williams, de tan solo 21 años, dio la cara tras la derrota, visiblemente afectado y después de llorar durante un buen tiempo. No era para menos: una jugada inexplicable para quienes no tenemos la menor idea de lo que es la compleja labor que desempeña un safety en el futbol americano. Quizá tampoco deberíamos saber demasiado y Williams decidió ahorrarse explicaciones profundas: "Era mi trabajo, la última jugada del partido, tenía que hacerlo y salvar el juego... la pelota estaba en el aire y no fui a atacarla".
Mientras Stefon Diggs escribió en su cuenta de Twitter, pocos días antes del encuentro: "No puedo esperar a que suceda, tengo que hacer que suceda", y pocos días después puso a la venta unas camisetas con la leyenda: "Minneapolis Miracle 1-14-18", Marcus Williams escribió en la misma red social: "Pero una cosa es segura: no dejaré que una jugada defina el tipo de hombre o jugador que soy o seré"... Lo curioso de todo esto es que el propio Williams dio retuit en Twitter al video de Will Smith acerca del fracaso, tan solo unos días antes de su jugada fatal. Fracasa temprano, fracasa seguido y fracasa en adelante... Una cosa es decirlo y otra muy distinto sentirlo en carne propia.
Twitter: @Felixatlante12 |