Algo inadvertido pasó en esta ocasión del semestral "Mercado de Piernas".
Con pocos movimientos y escasas "transa-acciones", y con un solo equipo evidentemente reforzado: el Querétaro, que con sus adquisiciones alimenta sustancialmente a su aparato defensivo y apuesta en el ataque por la resurrección de Edson Puch.
Un "Draft" igual de arbitrario y unilateral que los anteriores, con increíbles casos, como el de Pablo Aguilar, magnífico jugador del América, que se entera, ¡por medio de la prensa!, de su traspaso a los Xolos.
La misma prepotente arbitrariedad de los dirigentes, y la misma vergonzosa postración de los futbolistas ante esa autoritaria postura de los de pantalón largo.
El "pacto de cuatreros" en su máxima, lamentable y semestral expresión: compra-vendemos y traficamos con los jugadores como si fueran ganado; y si no les gusta, que se queden sin jugar.
Y como entre futbolistas son muy pocos los que se animan a responder "pues no me gusta y me quedo sin jugar", siguen los dirigentes imponiendo las reglas del juego según su propio capricho y sus particulares intereses.
Menos mal que ahora, por la reducción de presupuestos, no fueron tantos los movimientos. Pero es precisamente esa reducción, esas disminuidas carteras disponibles, lo que les impide a varios equipos incrementar sus aspiraciones.
Pueden todos decir que aspiran al título, pero son unos cuantos los que tienen con qué alcanzarlo.
Cinco equipos deben pensar en la permanencia (Veracruz, Querétaro, Puebla, Atlas y Lobos), y para otros 11 no parece haber las suficientes bases y adecuados cimientos para aspirar a los más altos objetivos con buenas probabilidades de éxito.
Porque si de bases y cimentación hablamos, en las dos escuadras regiomontanas siguen estando las más sólidas.
¿A qué nivel serán capaces los demás de competirles con menos?
A partir del 5 de enero de 2018 empezaremos a saberlo.
gomezjunco@mural.com Twitter: @rgomezjunco |