Sin gasto Emuinados han reaccionado muchos de los aficionados de las Chivas al ver que su equipo se ha movido muy poco para contratar jugadores.
Por el contrario, llevan ya tres bajas, a cambio de sólo una nueva cara para 2018.
El juvenil Walter Gael Sandoval, quien tiene altas posibilidades de encajar en el redil, es el único futbolista que se ha sumado y por el cual, José Luis Higuera realizó una operación que, para conocedores de los negocios, podría ser inteligente, pero para los futboleros quizá no tanto, porque significó sacrificar a alguien ya probado.
El trueque no representó pagar millonadas, como el Rebaño lo había hecho en el último año y medio.
Para conseguir al mediocampista de 22 años, entregó a cambio el pase de José Juan Vázquez, doble campeón con el León y una vez con el chiverío, pero de 30 años y con alto salario.
Las otras dos bajas son las de Carlos Fierro, quien se fue al Cruz Azul con la posibilidad de conseguir algo a cambio, peeero por ahora nada llega, porque Pedro Caixinha pidió no ceder a Jesús Corona, al menos no hasta ser presentado como técnico y platicar con el portero.
Rodolfo Cota está a nada de quedar desligado, porque su contrato vence en unos días y, aunque él deseaba seguir, los altos mandos tapatíos no están para gastar en su alto pase, así sea con rebaja o no de parte de Chucho Pachuco.
Así que, en el corte que llevaban hasta ayer, los de Matías Almeyda van 3-1 abajo.
También agregaron el regreso de Toño Rodríguez, quien en todo el año ni jugó ni 30 minutos en la Liga, así que viene en teoría a pelear por un puesto en la portería y está lejos de ser un refuerzo.
El viernes, el Tío Higuera anduvo muy activo en las redes y a quienes exigían refuerzos les aclaraba el panorama: no hay futbolistas disponibles, al menos no de los que ellos creen que valen la pena.
Ya ustedes saquen sus conclusiones: si para el Clausura 2018, con las Chivas que quedan hasta ahora, el "Pelado" tiene para pelearle arriba a los poderosos presupuestos regiomontanos o capitalinos, que sí pueden comprar en el extranjero.
Están a tiempo de poner su cartita al Niño Dios o los Reyes Magos, para ver si les cae alguna sorpresa de última hora.
Todo el poder Los árbitros, quienes mostraron el músculo a principios de año, están por finalizarlo muy enclenques.
Como les salió la jugada de parar la Liga MX en marzo, al parecer creen que tienen el poder de hacerlo de nuevo si algo no les cuadra.
Antes de que empezara la Liguilla, hubo otro intento de huelga. A unas horas de las pruebas físicas, algunos silbantes que llegaron aventajados en las comilonas de fin de año, intentaron boicotear las evaluaciones. No fuera a ser que los dejaran sin pitar por andar pasados de tamales.
Los líderes de la Asociación Mexicana de Árbitros convocaron a una junta de emergencia, en la que plantearon la posibilidad de parar la Liga, vayan ustedes a saber con qué argumentos, pero el asunto fue sometido a votación.
El gancho al hígado de la AMA fue un resultado de 14 votos a favor de la huelga y 17 en contra.
Bajita la mano, Arturo Brizio, titular de la Comisión de Árbitros, ha logrado debilitar al grupo encabezado por Francisco Chacón, Paul Delgadillo, Roberto García Orozco, José Luis Camargo y Luis Enrique Santander, cuyo futuro no pinta bien, cuando en marzo parecía que tenía todo el power.
Uno menos La posición de lateral derecho se ha convertido en un problema para el Atlas, pues pasó de estar sobrepoblada a más sola que mi tía la enfadosa en la cena de Navidad.
Después de la venta del pase de José Madueña al Cruz Azul y la lesión de Cristian González, la confianza estaba puesta en José Andrés Monroy y Diego Cruz.
La bronca es es que tampoco contarán con este último, pues su pase fue vendido al Puebla, donde jugó hace un par de años. Esto deja a Monroy como la única opción.
Hasta ahora, los refuerzos que han llegado tienen perfil ofensivo.
A ver si sí voltean al costado.
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