Conocemos la jugada de memoria: minuto 10 del primer tiempo extra, centro de Palencia a segundo poste, sin mayor peligro y sin mayor fuerza. Carlos López rechaza de cabeza, mientras Ángel David Comizzo embiste a Carlos Hermosillo directamente sobre sus costillas para después, ya en el suelo, golpearle la cara con la suela del zapato derecho. Penal señalado por Arturo Brizio, sin expulsión para Comizzo. Sangre en el rostro de Hermosillo y penal cobrado a la izquierda del arquero, pegado al poste... Cruz Azul campeón. Octavo título de Liga tras 17 años de espera.

Desde entonces han pasado exactamente veinte años. Las imágenes, el recuerdo y los comentarios han sido dirigidos hacia esa jugada... y no es para menos, al final de cuentas fue la conclusión perfectamente dramática de un título inmejorablemente logrado.

Sin embargo, pocos recuerdan y/o conocen los antecedentes que derivaron en aquella casi inexplicable falta del argentino, que prefirió cambiar años de maravillosas actuaciones, por una artera agresión.

Durante la Semifinal de ida entre Atlante y Cruz Azul, jugada en el Estadio Azteca un miércoles al medio día, Jesús Estrada, un fuerte y rápido zaguero atlantista, golpeó con el codo a Carlos Hermosillo dentro del área en un balón disputado, tras un pase de Joaquín Moreno. No se señaló falta alguna, pero Hermosillo quedó tendido en mi área. Al acercarme lo alenté para levantarse, pero me respondió: "No puedo, estoy fracturado", mientras se apretaba las costillas.

El pronóstico, tras la ratificación de la fractura y una perforación en la pleura, era que volvería a jugar hasta el siguiente torneo. Fue operado. Pero para sorpresa de todos, el goleador reapareció en la Final de ida, en el Estadio Azul, durante el segundo tiempo contra León.

Tras ese partido, cuentan que Carlos Reinoso, director técnico de León, se acercó a Hermosillo para mencionarle, entre broma y broma, que si jugaba en el partido de vuelta, sería golpeado en la zona afectada.

En León salieron a calentar todos los jugadores de Cruz Azul y se dio una alineación en la que aparecía Hermosillo. Sin embargo, fue Yegros el inicialista.

Hermosillo ingresó (con un chaleco protector en las costillas) al comienzo de los tiempos extras en el Nou Camp de León, con el marcador global empatado a un gol. En ese entonces existía la regla de 'Gol de oro'. Tan solo diez minutos más tarde llegó la jugada que todos conocemos y que, en este vigésimo aniversario del título, encontramos en distintas plataformas... la jugada que, como vemos, tiene antecedentes y una probable explicación.

Solamente quienes estuvieron en aquel plantel de León, subcampeón Invierno 97, saben si las costillas de Hermosillo eran el blanco de los futbolistas leoneses por órdenes de la banca, lo cierto es que cuentan que Brizio decidió no expulsar a Comizzo para que Hermosillo cerrara el telón con la venganza completa... y su verdugo presente.

Hoy, que las imágenes dramáticas de aquella increíble agresión se repiten, es bueno conocer alguna explicación del origen de aquella falta que le dio a Cruz Azul su único título de Liga en 37 años.

 
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