En el tiempo que llevo de ser aficionado a los deportes, me ha tocado presenciar todo tipo de gritos y expresiones de los fanáticos desde la tribuna. Recuerdo muy bien la primera vez que me llevaron al Estadio Azteca, para ver la final del Torneo Mexicano en el verano de 1979. Por supuesto que había algunos gritos aislados de reclamo para el trabajo de los árbitros, pero los goyas de las porra de los Pumas y el chiquitibum de los grupos de animación del Cruz Azul, eran mayoría.
En ese mismo escenario, hice "La Ola" en el Mundial del 86, y canté el himno mexicano "a capella" cuando el sonido local falló antes del juego ante Bélgica. También por aquellos tiempos, disfruté el "¡México, México!", acompañado de tres aplausos en el Estadio Rafael "Pelón" Osuna, para apoyar a Raúl Ramírez en sus duelos de Copa Davis. En el inolvidable parque del Seguro Social, fui parte de la "Marabunta Roja" que entonaba ingeniosos cánticos para hacer desatinar a la "Garra Felina", durante la "Guerra Civil" entre Diablos y Tigres. Después llegó el "Sí se puede" durante el Mundial de Francia 98, cada vez que el Tri venía de atrás en el marcador ante Corea del Sur, Bélgica y Holanda.
Reconozco que sigue habiendo muchas expresiones ingeniosas, divertidas y respetuosas en decenas de escenarios deportivos en nuestro País. Pero es indudable que hoy en día, el grito de "¡Eh puto!" se ha convertido en el sello distintivo de los aficionados mexicanos al deporte. Se escucha no solo en la Liga M, sino también en los juegos de la Selección Mexicana en el extranjero, en partidos de la Liga femenil, y por supuesto, formó parte del regreso de la NFL a México el año pasado.
El hecho de tener en México a Patriotas y a Raiders, dos de los equipos más populares en nuestro País, es una muestra de reconocimiento de la NFL a la afición mexicana. Hoy, como parte de esa gran afición, los invitó a hacer historia y a demostrarnos que podemos cambiar y ser diferentes.
Basta con recordar que hay muchas formas más creativas y divertidas para pasarla bien en un estadio, sin tener que recurrir a un insulto. Basta con pedirle al vecino en la tribuna, que por favor no se una al grito de "puto". Basta con pensar que la transmisión llegará a millones de hogares en México y en el extranjero, en donde nos urge dar una mejor imagen. Es más, basta con saber que los diputados han adoptado tan lamentable expresión, como para erradicarla definitivamente de los escenarios deportivos.
Nueva Inglaterra y Oakland se juegan mucho en el emparrillado. El duelo promete ser atractivo y apasionante y será un espectáculo digno de disfrutarse. Sin embargo, estoy seguro que los aficionados mexicanos nos jugamos mucho más.
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