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¿Son o no son?
José Pablo Coello | 01-10-2017
en CANCHA
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Hasta antes de la Semana 3, los Cuervos y los Acereros parecían tener argumentos de sobra para no sólo ganar su división, sino para aspirar a pelearles al tú por tú a los pesos completos de la Conferencia Americana.

Sin embargo, Pittsburgh se metió al Estadio del Soldado y regresó a casa como casi siempre que viaja a Chicago, con la derrota a cuestas. Mientras tanto, Baltimore fue borrado por los Jaguares en Londres, lo que llevó a John Harbaugh a declarar que buscaría a toda costa evitar más juegos de su equipo fuera de los Estados Unidos.

Esta tarde, en un nuevo capítulo de una de las rivalidades más intensas de la NFL en los últimos tiempos, ambos equipos buscarán dejar atrás un fin de semana de pesadilla y retomar el rumbo. Aquel que salga con la mano en alto podrá seguirse llamando contendiente, mientras que el derrotado entrará en una crisis de inicio de campaña, comprometiendo sus posibilidades de llegar a la postemporada.

Dentro de las preocupaciones más importantes para los Cuervos está el bajo nivel mostrado por Joe Flacco hasta el momento. En tres partidos promedia apenas 122 yardas por aire y ha lanzado solamente tres pases de anotación, que contrastan con las cuatro intercepciones sufridas.

Su actuación del domingo anterior es la peor de su carrera en términos de rating y yardas por aire, con totales ridículos de 12 puntos y 28 yardas respectivamente. Además, la línea ofensiva no ha podido protegerlo adecuadamente y ya acumula cinco capturas.

Si todo la anterior no fuera suficientemente grave, la defensa, que había lucido sólida ante Cleveland y Cincinnati (dos equipos mediocres), simplemente se desfondó ante Jacksonville y permitió cuatro pases de anotación de Blake Bortles.

Aunque la situación parece crítica, esta no es la primera vez que John Harbaugh tiene que lidiar con circunstancias adversas, y estoy seguro de que sabrá reencauzar a su equipo antes de que sea demasiado tarde.

La ofensiva de los Acereros está sufriendo por la falta de productividad de Le'Veon Bell y la ausencia de jugadas grandes por aire. Ben Roethlisberger está lejos de su mejor nivel, y aunque Antonio Brown sigue siendo un dolor de cabeza para las defensas rivales, su sola presencia no ha sido suficiente para elevar el nivel de una unidad que se esperaba fuera una de las más productivas de la Liga.

Los problemas que mostró la secundaria de los Cuervos ante Jaguares podrían darle a Pittsburgh la opción de atacarlos en el juego aéreo vertical, una condición necesaria para ser competitivos.

En defensa, Keith Butler criticó severamente la falta de disciplina de sus jugadores, y, sobre todo, la cantidad de tacleadas que fallaron ante Chicago. Es indudable que la unidad tiene talento, pero éste suele no alcanzar cuando se olvidan los fundamentos.

La última vez que Cuervos y Acereros se vieron las caras, el partido se definió hasta la última jugada con una anotación de Antonio Brown que eliminó a Baltimore y dio a Pittsburgh el título divisional. Hoy, las consecuencias del resultado no serán tan inmediatas, pero estoy seguro de que serán igual de trascendentes.

 
 
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