La jornada dominical en la NFL será inolvidable por lo mucho que sucedió dentro y fuera del terreno de juego.
De entrada, los dueños y jugadores han reaccionado de forma valiente y ejemplar ante las ofensivas y desafortunadas declaraciones de Donald Trump.
La libertad de expresión es uno de los pilares más sagrados de cualquier democracia, y es simplemente inaceptable que el presidente de Estados Unidos insista en coartar el derecho de los jugadores a expresarse.
Aunque Colin Kaepernick sigue sin ser contratado, resulta irónico que los ataques de Trump hayan validado su iniciativa, consiguiendo llamar la atención sobre lo importante que es luchar por una sociedad más justa e igualitaria en nuestro país vecino.
Mientras tanto, en el emparrillado, muchos equipos que parecían no aspirar a nada han levantado la mano, mientras que otros que tenían la etiqueta de contendientes se han encargado de sembrar muchas dudas en torno a sus aspiraciones.
Los Jets echaron mano de su amor propio para vencer a los Delfines en Nueva York. Y si bien es complicado pensar que la escuadra de Todd Bowles pueda llegar lejos, el tropiezo de Miami es altamente preocupante. Un caso similar son los Bills, equipo que no parece tener los elementos suficientes para volver a Playoffs después de una larga ausencia, pero que derrotó a Denver en un resultado que le resta brillantez al buen arranque de campaña de los Broncos.
Los Acereros suelen equiparar el nivel al de su rival en turno, y me parece que algo así sucedió en Chicago. Los Osos, que habían perdido de forma increíble contra Atlanta en la Semana 1, ganaron en tiempo extra y le propinaron una derrota inesperada a Pittsburgh justo una semana antes del crucial duelo ante los Cuervos. El descalabro es un poco menos grave debido a la inesperada paliza que sufrió Baltimore a manos de Jacksonville en Londres.
Los Jaguares tienen dos victorias y si pudieran jugar al menos cerca del nivel mostrado en Wembley, podrían aspirar a ganar su división, mientras que Steelers y Baltimore tendrán que mejorar notablemente si pretenden llegar lejos en postemporada.
Kansas City y Atlanta se mantuvieron como los dos únicos invictos en la liga, pero ambos sufrieron de más para ganar. Los Chiefs, a pesar de tres intercepciones frente a Phillip Rivers, no pudieron resolver el duelo ante los Chargers sino hasta la última ofensiva, mientras que los Halcones se beneficiaron de una decisión polémica de los oficiales para vencer a Detroit.
Finalmente, Patriotas y Packers sacaron victorias in extremis jugando en casa. Es obvio que tener a Tom Brady y a Aaron Rodgers siempre es una ventaja y el triunfo los tiene a ambos al frente de sus divisiones. Sin embargo los 33 puntos que admitió la defensa de Patriotas, y, el haber tenido que ir a tiempo extra ente Bengalíes, debe haber encendido las alarmas en Foxboro y en Green Bay.
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