Otra vez fueron puestas a prueba la honestidad y la transparencia de quienes dirigen la Liga MX... y de nuevo salieron reprobados en ambas materias.
Lo sucedido en la Jornada 8, en el Atlas vs Tigres que quedó sin jugarse, sirve para entender en gran parte cómo se manejan las cosas en este peculiar futbol mexicano.
En el origen del problema, estuvo el error de planificación, de programación y de cálculo de la directiva del Atlas; a la cual le falló el proveedor de una pantalla con la que pensaban literalmente apantallar a quienes asistieran al Estadio Jalisco.
Al no poder colocar dicha pantalla a la altura requerida, se decidió que no podía llevarse a cabo el partido.
En ese momento, con el reglamento en la mano, debió dictaminarse que ese partido ya no se jugara y que los tres puntos eran para los Tigres; pero entonces entró en juego la complacencia de los dirigentes de éstos, quienes aceptaron ponerle nueva fecha al cotejo después de "negociar" con sus similares rojinegros... y de la Liga MX.
Así se llevaron de encuentro sobre todo a los equipos que luchan, al igual que el Atlas, por la permanencia en Primera División: los Lobos, el Veracruz, el Querétaro y el Puebla.
Seguramente, cualquiera de esos cuatro equipos ya tendría sus tres puntos perdidos si hubiera cometido el mismo error que los rojinegros.
No se trata de ponerse o no de acuerdo para ver si se aplica un reglamento; se trata, simplemente, de aplicarlo.
Pero así se manejan las cosas, por desgracia, en esta Liga MX que pretenden vendernos como producto de elevada calidad, de primera línea.
Una Liga MX evidentemente mucho mejor jugada dentro de la cancha que como se juega afuera. Adentro, por los de pantalón corto, bastante mejor que afuera por los de largo.
A ver hasta cuándo.
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