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La Dominguera
San Cadilla | 20-08-2017
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El escándalo de Pep
 
Hay jugadores de todo tipo en el futbol. Unos polémicos, otros mesurados, otros revolucionarios y algunos que no descansan sino que demuestran las injusticias del sistema, y otros que no cesan hasta que demuestran su verdad, esa que les empuja a seguir adelante, aun cuando la trayectoria se ha manchado.

Cuando Pep Guardiola (Sampedor, España, 18 de enero de 1971) firmó su contrato con el Brescia italiano en el verano del 2001 no imaginaba los momentos envueltos con rabia e impotencia que le estaban esperando en el Calcio.

Ojos pelones, semblante incrédulo y manos apretadas. El 22 de noviembre el CONI (Comité Olímpico Nacional Italiano) dio a conocer que el futbolista español había dado positivo por nandrolona, tras hacerle análisis en el partido Piacenza-Brescia. Justo ese día, comenzó la lucha.

 
 
MUNDO ABAJO
 
De inmediato, la ex figura del Barcelona comenzó a hacer llamadas. Sus inmensas ganas de demostrar que era inocente, sedaban los momentos oscuros que estaba pasando en suelo italiano.

De nueva cuenta, el 28 de noviembre el CONI informó de otro positivo de Guardiola, por la misma sustancia, pero ahora tras un compromiso entre el Lazio-Brescia. La prensa no le perdía pista al tema, un ex integrante del Barsa histórico de Johan Cruyff estaba en serios problemas, pues lo incriminaban en doping.

Las columnas de algunos diarios españoles, como Mundo Deportivo, escribieron en noviembre de 2011 que Guardiola pasó uno de sus peores días como futbolista, quizás el peor.

Sabía que era inocente, pero las autoridades correspondientes decían lo contrario. Más que preocuparle su imagen, la ex figura del Barcelona tenía los dientes apretados por lo injusto que se le hacía su caso.

"Es algo increíble. Mientras nosotros hemos aportado todo tipo de pruebas que eximen de culpa a Guardiola, la fiscalía sólo ha utilizado los resultados del laboratorio de Roma. Pep ha sido utilizado como una víctima ilustre", dijo en su momento Tommaso Marchese, abogado en Italia de Pep.

Así pasó la Navidad y el Año Nuevo, en la mira de todos y sin poder comprobar nada. El CONI estaba próximo a anunciar si habría castigo, luego de que se le presentaron pruebas, pero todo empeoró cuando el 24 de enero de 2002 se le suspendió de toda actividad en la Liga italiana y en la FIFA durante cuatro meses.

Si en un principio el deseo combatiente de luchar para limpiar su nombre era ya una cosa que no se le iba de la mente, ahora estaba más que nunca aferrado a luchar por demostrar su inocencia.

Guardiola, entonces cumplió la sanción. No jugó durante cuatro meses. El mediocampista español regresó con éxito y jugó el resto de esa campaña, pero además de estar concentrado en lo que ocurría dentro de la cancha, él seguía empeñado en limpiar todo tipo de acusación en su contra.

 
 
VICTORIA
 
Después de Brescia, Guardiola siguió en el Calcio, jugó seis meses para la Roma y luego volvió con el club Lombardo, donde se le había acusado. Ni el CONI ni los tribunales y ni la Comisión Disciplinaria dijeron nada en los meses siguientes... el futbolista se fue de Italia "manchado".

Ya estaba en el ocaso de su carrera, y decidió ir a jugar a Qatar con el Al-Ahli Doha. Muchos olvidaron aquellos turbulentos episodios ocurridos en Brescia, pero Guardiola y sus abogados seguían luchando.

El 12 de mayo de 2005, Guardiola viajó a Brescia. Había noticias. El Tribunal de Justicia lo condenó a siete meses de cárcel y lo multó con 2 mil euros por lo ocurrido en los partidos de 2002.

Dicen que lo que se promete se cumple, así lo entendió a la perfección Guardiola, quien a final de cuentas alzó las manos limpias de cualquier acusación, ya una vez que estaba retirado de las canchas, después de 6 años de estar con el estira y el afloja para demostrar su inocencia.

"Ésta no ha sido una gran victoria, ha sido la gran victoria", dijo, cuando se dio cuenta que el mimos Tribunal de Justicia de Brescia lo absolvió el 23 de octubre de 2007 de cualquier incriminación de dopaje.

Un profundo suspiro y un gran descanso significó eso para Guardiola, quien ya era incluso el técnico del Barcelona B, y ese mismo Pep Estaba muy cerca de escribir la historia más dorada con el Barsa.

 
 
IMAGEN LIMPIA
 
A pesar de que seis años estuvo relacionado con esa incriminación, a Pep Guardiola no se le vincula con el doping, pues además de que con pruebas demostró su inocencia, los constantes títulos que ganó desde el banquillo con el Barcelona lo han dejado muy lejano de aquel escándalo.

 
Mail: san.cadilla@mural.com
Twitter: @SanCadilla
 
 
 
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