Sigue vacante el puesto de director deportivo en la Selección Mexicana.
Oficialmente vacante durante algunos meses; aunque para fines prácticos, vacante desde hace años.
Mientras lo encuentran, entre otras cosas que aclaren si de veras buscan a un nuevo director deportivo o solamente a la enésima figura decorativa.
Porque un verdadero director deportivo debería estar para revisar permanentemente el desempeño del equipo y sobre todo del director técnico. Tener la suficiente capacidad y la necesaria jerarquía para cuestionar las decisiones de Juan Carlos Osorio en este caso, para establecer lineamientos institucionales y evitar que algunas de esas decisiones queden al capricho del entrenador; y para rebotar con él las ideas que enriquezcan el trabajo realizado, que incrementen las probabilidades de aprovechar a cabalidad el material futbolístico con el que se cuenta, de desplegar un mejor futbol que el hasta ahora desplegado.
Urge ese elemento capaz de funcionar como adecuado enlace entre el técnico y los jugadores, pero también entre Osorio y los dueños del balón, los únicos con el poder necesario, aunque no con el debido conocimiento del juego, como para tomar la decisión más importante en este momento con respecto al TRI: si se cambia de proyecto, se continúa con el mismo, o se modifica en algunos renglones específicos la forma de trabajar aunque siga siendo encabezada por la misma persona.
Por lo pronto, de nada servirá designar a quien se les ocurra si ese puesto sigue siendo decorativo, si al director deportivo en turno sólo se le "evalúa" en función de la lana que los tricolores dejan, y no del futbol que juegan.
Por eso el nombre es lo de menos, mientras no se aclare si el ungido llegará para empezar realmente a decidir, o sólo para seguir decorando.
Que por favor nos lo aclaren.
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