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La Dominguera
San Cadilla | 23-07-2017
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El rostro de la depresión
 
Mientras dura la carrera de un futbolista, todo es miel sobre hojuelas y tiempo es lo que falta para atender aquí y allá.

Pero el retiro en algunas ocasiones puede desembocar en la peor de las soledades. Algunos no lo superan de inmediato y caen en depresión, como le pasó al ahora técnico de las Chivas, Matías Almeyda.

Otros temen alejarse del mundo del futbol y de inmediato estudian el curso de entrenador. Unos se proyectan como directivos, formadores en escuelitas o Fuerzas Básicas o analistas en medios de comunicación.

La nostalgia es tanta que algunos jamás logran por completo desligarse del futbol, pues a veces participan en partidos de para sentir que aún tienen fama y reflectores.

También, por desgracia, hay otros que caen en las drogas, como le sucedió a Pablo Larios Iwasaki (Zacatepec, 31 de julio de 1960).

 
 
LA COCAÍNA
 
El exitoso arquero, mundialista en México 1986, tras su retiro cayó en crisis económicas y en un lapso de 10 años sufrió la muerte de su papá, uno de sus hijos, su mamá y su hermana.

La cuesta arriba económica llegó a tal grado de que llegaron a organizarle partidos a beneficio. Los aficionados lo querían y en el medio tenía un respeto bien ganado.

Larios pudo sacar muchas pelotas de la raya una y otra vez, pero no pudo eludir la cocaína, de la cual fue presa, al grado de que su rostro quedó desfigurado a consecuencia de una bacteria que lo aquejó a raíz del consumo.

"Desgraciadamente, a final de cuentas yo tuve una leve incrustación en droga y ahí fue donde me cayó el virus", detalló en una entrevista para Univisión.

"Cuando me retiro me pasa todo esto (las muertes de sus familiares) y, la verdad, es bien fuerte, entonces, me metí droga y a raíz de eso me cayó una infección".

Larios ha sufrido más de 20 operaciones en la cara, con el fin de restablecer su nariz, pero ha sido imposible.

"Se me deshizo el tabique y por dentro el hueso. Me quitaron la infección, pero ya tenía que hacer una reconstrucción", lamentó.

 
 
'AYÚDEME, DOC'
 
Cuando Larios estaba atrapado por las drogas no quiso compartir su dolor con sus familiares. Sólo sabía él y se puso de acuerdo con el médico que le diagnosticó la infección para que dijera que la desfiguración de su rostro no tenía que ver con la cocaína.

La intención de Pablo era, desde luego, cuidar su reputación, pues su tropezón con la droga lo avergonzaba.

Larios era una referencia de la portería en el futbol mexicano y aunque estuvo a punto de perder el partido más difícil de su vida, a final se impuso y se ha mantenido al margen en gran medida por el amor que le tiene a sus hijos.

"No es muy aconsejable, no es nada bueno. Creo que por muy deprimido o por muchos problemas que llegues a tener, no es una solución, definitivamente, no, porque eso te acarrea más problemas. Me metí (droga) tres, cuatro años, no sé", recordó.

Se distinguió por ser el arquero titular de la Selección en el Mundial de México 1986, a pesar de que no jugaba en Segunda División, con el Zacatepec. Su carrera se extendió durante 19 años.

Su estilo atrevido y su buen nivelo lo llevaron a defender la portería de equipos como el Zacatepec, el Cruz Azul, el Puebla y los Toros Neza.

Larios es también recordado por un error que cometió en la Final Cruz Azul-América, en la temporada 1988-89, cuando en un saque de banda le regaló a Zague el balón, lo que significó un gol en contra. Ese campeonato se lo adjudicaron las Águilas.

 
 
¿QUÉ LE PASÓ?

El 10 de julio de 2017, en el Zócalo en la CDMX se jugó un partido entre ex seleccionados mexicanos y alemanes. Larios estuvo presente.

Para muchos su problemática no era conocida y no dejó de extrañarles.

"¿Pues qué le pasó?", cuestionaron algunos aficionados, quienes no sabían la razón de su desfigurado rostro.

"Yo sería un ejemplo muy bueno para mis hijos, he platicado con ellos, les he confesado algunas cosas de mi problema y lo han entendido. Para mí, eso tiene más valor, porque puedo prevenir que mis hijos puedan tener este problema.

"A final de cuentas, esto es malo y más malo para cuando se te hace una adicción fuerte, que no puedes dejarla, sigues y sigues", reveló.

 
Mail: san.cadilla@mural.com
Twitter: @SanCadilla
 
 
 
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