Mañana irá la Selección Mexicana en pos de "resolver" otro de esos partidos de antemano resueltos.
Después de su inestable desempeño ante los salvadoreños y de su grisácea actuación ante los jamaicanos, en esta tercera intervención en la desteñida Copa Oro los tricolores de la B tratarán de elevar su nivel de juego.
En realidad, al enfrentar al representativo de Curazao no necesitarán elevarlo mucho para obtener una victoria que les garantice el primer lugar de grupo, con las ventajas que eso implica rumbo a las siguientes instancias de este concakafkiano torneo.
El problema, más allá de los buenos resultados, sigue siendo el pobre funcionamiento.
Les molesta que les llamen "B"... y juegan cuando mucho como "C".
Sin embargo, a los jugadores no se les debe recriminar ese flojo desempeño, porque sigue siendo evidente que el origen del mismo está en la pobreza del juego colectivo, algo que difícilmente será corregido mientras Juan Carlos Osorio siga empecinado en no repetir alineación bajo motivo alguno, y en "probar" jugadores en posiciones que no dominan.
Supuestamente se selecciona a determinado futbolista por lo bien que juega en una posición... y después se le ubica en otra.
Además, se convoca a algunos jugadores a la SELECCIÓN "para que vayan fogueándose", como si no fueran los clubes los encargados de foguearlos.
Y así puede producirse, como ahora con Alejandro Mayorga, el peculiar e increíble caso de un futbolista que debute con la Selección Mexicana Mayor... antes de haber debutado en Primera División.
Todo eso, ante la pasividad de dirigentes incapaces de establecer lineamientos claros, institucionales a nivel de Selección, para evitar que ésta quede sujeta a los caprichos del técnico en turno.
A ver hasta cuándo.
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