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La Dominguera
San Cadilla | 09-07-2017
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Cuscatlán y el gigante
 
La Selección Mexicana debuta hoy en la Copa Oro, un torneo que por obligación debe ser suyo, pero el gigante de la Concacaf ya no es luce invencible.

El rival en turno será El Salvador y, para tranquilidad de los mexicanos, el duelo está muy lejos del estadio Cuscatlán.

 
 
RIVAL DE CUIDADO
 
Es verdad que el Clásico de la Concacaf es el México-Estados Unidos, pero si hay una Selección que lleva a otro nivel esa rivalidad es, sin duda, El Salvador.

Apasionados por la Selecta, los salvadoreños han elevado su encono hacia la afición mexicana y se lo recuerdan cada vez que el Tricolor se para en el Monumental Estadio Cuscatlán.

La de hoy parece una Selección B de El Salvador, pocas son las figuras que la escuadra centroamericana puede presumir, sin embargo, el odio deportivo que ha desarrollado hacia México es su principal motivación para buscar amargarle el debut en la Copa Oro, sobre todo porque el ambiente de los mexicanos no es el mejor tras su participación en la Copa Confederaciones y el reciente castigo que la FIFA le impuso Juan Carlos Osorio, con seis juegos de suspensión.

Fortuna para México empezar con un rival en la justa de Concacaf, porque la historia habría sido diferente, por ejemplo, si se hubiera enfrentado a El Salvador de 1993.

 
 
LA FRACTURA DE URIBE
 
La Selección de México en 1993 fue una de las mas brillantes que ha visto el aficionado mexicano.

La actuación en la Copa América 1993, en Ecuador, es recordada con cariño y admiración, pero también en ese año los mexicanos, dirigidos por Miguel Mejía Barón, se metieron a una cancha brava, donde salieron con una derrota y una lesión que mermó la carrera de un brillante delantero.

El 4 de abril de 1993, el entonces indiscutible Gigante de la Concacaf enfrentaba a El Salvador en Cuscatlán. En la guerra de declaraciones previa al juego, los mexicanos menospreciaron a El Salvador, cuyos integrantes dijeron que iban a dejar en el pellejo en la cancha, lo cual encendió más el juego.

El duelo marcó el inicio de la última ronda de la clasificación rumbo al Mundial Estados Unidos 94. México, Canadá, El Salvador y Honduras disputaban el boleto y medio, pues Estados Unidos fue el anfitrión.

El recibimiento hostil que tuvieron los mexicanos en San Salvador era el preámbulo a lo que se enfrentarían en la cancha. Los salvadoreños se tomaron muy en serio eso de salir como "Rambo" a jugarse el pellejo en cada entrada con tal de vencer al Gigante de la Concacaf.

En una jugada en el primer tiempo, luego de un par de empujones, el salvadoreño Guillermo Rivera esperó que Francisco Uribe se le acercara por la espalda y, ante la mirada cercana del árbitro, le pegó un codazo en un pómulo.

La jugada solamente se marcó como falta, pero derivó en una fractura para el entonces jugador del América.

La lesión marcó la carrera del delantero, quien pese terminó como goleador de la eliminatoria, con 7 goles en 4 partidos, pero tardó un año en recuperarse de la lesión, cayó en un bache y no volvió a ser el mismo. También se perdió la posibilidad de jugar el Mundial de 1994.

El juego terminó 2-1, con goles de Carlos Castro Borja y William Osorio, para El Salvador, y Alberto García Aspe, para el Tri. Fue el único partido que México perdió en la fase final rumbo a Estados Unidos 94; cerró con un saldo de 5 triunfos y una derrota, misma que hasta la fecha recuerdan los salvadoreños.

 
 
EL RECUERDO
 
Aunque han sido mundialistas y el pase a la Copa del Mundo de España 1982 se debió gracias a un triunfo sobre México, los salvadoreños han encontrado un sabor especial en los triunfos ante el Tri, aunque únicamente tengan 3 en juegos oficiales.

El primero sucedió en 1981, cuando la Selecta venció 1-0 a México y entró al Mundial, sin embargo, ese momento de júbilo no se dio en Cuscatlán, pues el partido se dio en el Premundial de Tegucigalpa, Honduras.

El 2-1 de 1993 fue el otro triunfo y quizá el más importante de El Salvador sobre México, que tenía entre sus figuras a Hugo Sánchez, Jorge Campos y García Aspe, entre otros.

El último triunfo de El Salvador fue en 2009, también en la cancha de Cuscatlán, sobre el Tri de Javier Aguirre, quien había tomado el relevo tras una desastrosa eliminatoria de México de la mano del sueco Sven-Goran Eriksson. En aquella ocasión el Tri perdió 2-1.

Ahora, México, en medio de las polémicas por las rotaciones de Osorio, tiene la misión de refrendar su campeonato de la Copa Oro.

El rival es El Salvador y el escenario no es Cuscatlán, sino el Estadio Qualcomm, de San Diego, pero la motivación de poderle pegar al Gigante de la Concacaf siempre será la misma para los salvadoreños.

Tras ese juego de 1993, en El Salvador se popularizó la frase: "Al Mundial no vamos, pero a México le ganamos".

 
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