La Selección Mexicana podría recoger mañana un boleto ya separado.

Después de hacer valer su clara superioridad sobre el frágil representativo hondureño, los tricolores tratarán de redondear la semana al recibir al menos frágil conjunto estadounidense.

Para medir el verdadero potencial del equipo mexicano será necesario verlos ante adversarios de mayores alcances, pero tal vez sea el de Estados Unidos el único oponente de la concakafkiana zona capaz de obligarlo a esgrimir sus mejores argumentos, ésos que también deberán ser esgrimidos a partir del siguiente domingo, el 18, en la Copa Confederaciones.

Por lo pronto, mañana se verá si aseguran ese boleto que de cualquier forma puede darse por conseguido.

Y ya con ese pendiente resuelto, veremos después cuánto tardan en solucionarse tantas otras cosas que tan mal funcionan en el futbol mexicano.

Como ese denigrante Mercado de Piernas, por ejemplo, que esta semana volvió a servir para que dirigentes y directores técnicos le entraran con alegría a su futbolito de anafre, en detrimento de la dignidad de jugadores que siguen siendo manejados como simple mercancía.

O como su nociva reglita del 10/8, cuya gran modificación será la de transformarse en la 9/9.

Por no hablar de las lamentables sanciones selectivas, como acaba de confirmarse con la increíble reversa para el obligado veto del estadio del Monterrey, cuyos dirigentes ya tuvieron, como una de sus geniales ideas para evitar la violencia en ese estadio, la de ¡prohibir la entrada con playera del visitante!

Que los de pantalón largo festejen la anticipación con que se han instalado en el Mundial, a diferencia de lo sucedido hace cuatro años, pero que entiendan que no fue gracias a lo bien que han hecho algunas cosas... sino a pesar de lo mal que siguen haciendo otras.

 
 
 
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