Señoras y señores, habrá gente y de futbol, sobre todo, que le ponga peros al campeonato de las Chivas.
No hay pero. En los partidos decisivos fue mejor ante los Tigres, apuntados al título por críticos, periodistas y público porque era el equipo que venía metiendo goles.
Al Guadalajara se le acusó de no tener gol, pero en dos partidos, jugando muy bien, sobre todo el segundo, marcó cuatro goles.
El juego en el Estadio Universitario estuvo 2-0 y se empató con goles de Gignac, pero el domingo, en Guadalajara, el francés sólo estuvo para enojarse y no subir a recibir su medalla.
Tigres, si quiere de verdad a ser grande, porque tiene estructura, técnico, asesores y un apoyo impresionante de una cementera muy poderosa, debe saber comportarse en las buenas y en las malas.
El Guadalajara hizo sus goles allá y empató 2-2 cuando parecía que ganaba 2-0 en el minuto 89; en el segundo partido mejoró, volvió a ser el de las 10 primeras jornadas: intenso, con la pelota en los pies, moviéndose de un lado a otro, veloz, de buen toque, muy buen pie y Alan Pulido formidable.
Vino el segundo gol y Tigres empezó a dar un poco de cara en la segunda parte, cuando Chivas tenía controlado el partido. Se desesperaron Ismael Sosa, Gignac, Jurgen Damm, Javier Aquino, Damián Álvarez y Guido Pizarro ante la facilidad con la que salían jugando los locales desde atrás, con Oswaldo Alanís, Orbelín Pineda, José Juan Vázquez, Carlos Fierro, Rodolfo Pizarro -quien está hecho un gran jugador-, Pulido y Néstor Calderón.
Sosa hizo un gran gol y en el tiempo agregado se da un golpe que el árbitro no se atrevió a marcar como penal: el defensa del Guadalajara tropieza a Sosa en el área y Luis Enrique Santander podía haber marcado penalti porque lo era, pero no lo hizo. Las Chivas no tienen la culpa, no sé qué pensó Santander, solamente lo sabrá él.
Se acabó el partido y Chivas se coronó, merecidamente.
Era lo que quería Jorge Vergara, quien debe de estar tranquilo, contento, satisfecho y sobre todo Matías Almeyda, con quien el dueño le dio al clavo. Es el técnico que necesitaba, con paciencia, buen discurso, motivación, entrenamiento, conocimiento de futbol, trayectoria internacional y europea. Logró un conjunto y brilló en las Finales.
No perdió contra Tigres, el gran favorito, el campeón, con estrellas de Selección.
¿Merecidísimo el triunfo? Por supuesto, ahí queda el Guadalajara para seguir haciendo bien las cosas, si es que decide reforzarse o seguir igual, pero Almeyda ha sido fundamental y Vergara supo hacerse a un lado en el momento justo y dejar trabajar a su técnico.
Chivas merece la felicitación de los aficionados: ha conseguido su título 12 y empató a otro equipo importante, el América, pero además hizo un doblete que pocos hacen: le dio importancia a la Copa, la Liga y la Liguilla. Cuando las Chivas despiertan, como dijo Almeyda, también lo hacen millones de seguidores.
Con televisión o sin ella, con Chivas TV, televisión restringida o lo que sea, Chivas es Chivas y es campeón.
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