Distintas caras mostraron los ocho cuartofinalistas en los partidos de ida.

Los Tigres, la de su poderío como campeones que quieren volver a serlo; el Monterrey, la de un poder similar pero con su claridad y contundencia venidas a menos.

Las Chivas, la de la dormida memoria del buen futbol; el Atlas, la del pleno conocimiento de que a partir de ahora lo que caiga es bueno.

El Toluca la del pragmatismo y la eficiencia, el Santos Laguna la de sus limitaciones antes disimuladas, los Xolos la del calculador conformismo, y el Morelia la del juego vistoso pero sin el empaque suficiente.

Cada quien con su propia cara y cada cual esgrimiendo sus respectivos argumentos futbolísticos lo mejor que pudieron y supieron hacerlo.

Obligatoriamente actualizadas las probabilidades para ser semifinalista, quizá pensaríamos en los siguientes números:
 
Toluca 95%, Tigres 90, Morelia 60, Atlas 52, Chivas 48, Xolos 40, Monterrey 10 y Santos Laguna 5.

Sin embargo, como volvió a quedar de manifiesto en los cuatro partidos, en el futbol mexicano cualquiera le gana a cualquiera en cualquier cancha... y por cualquier cantidad de goles.

Si la lógica se impone, esta noche los Tigres y el Toluca se inscribirán en las Semifinales, y mañana podrían hacerlo cualesquiera de los otros cuatro contendientes.

Ya definidos los semifinalistas, al futuro campeón habrá que buscarlo de preferencia entre quienes lleven varios partidos jugando como aspirante a tal.

Aunque no sea un requisito indispensable, y mucho menos en nuestro peculiar futbol mexicano, las probabilidades de ser campeón obviamente se incrementan en la medida en que un equipo ya parece serlo con su juego, con el futbol que despliega.

¿Los Tigres y quién más?

 
 
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