"La cosa que pareciera ser la más fácil en el golf suele ser la más difícil; por ejemplo potear".

Eric Brown, ex golfista
 
 
El golf no tiene fronteras, y, cuando se trata de competencias internacionales, como las Giras, hay menos barreras. Mejor prueba no hay que la diversidad de jugadoras en el field del torneo Citibanamex Lorena Ochoa Match Play, presentado por Aeroméxico y Delta.

El field de 64 se compuso de acuerdo con las mejores del ranking, así como las dos mexicanas invitadas por Lorena: Gaby López y Ana Julia Menéndez.

Entre las otras 62 jugadoras había 17 países representados, con 25 asiáticas presentes; es por eso que el dominio de las representantes de esa región es muy grande.

A partir del éxito de Se Ri Pak, en los años 90, la incursión de asiáticas ha sido fenomenal, de tal forma que si no es Kim, es Yun o es Chin, quien gana cada semana. Son tan parecidas en físico y en nombre que es difícil distinguirlas o apasionarse con una en particular.

En el torneo de Lorena no fue la excepción y las finalistas tenían sus orígenes en Asia. De las últimas ocho, sólo Christie Kerr y Karine Icher no eran asiáticas y ambas perdieron en Cuartos de Final. La Semifinal fue ganada por Mi Jun Hur sobre Michelle Wie en un partido que se fue hasta el quinto hoyo de muerte súbita.

La Final parecía decidida al salir al hoyo 15 porque la campeona Sei Young Kim, de Corea del Sur, tenía tres hoyos de ventaja, pero en el 15 perdió de forma simple y la inercia cambió como sucede en el formato match play. Le dio mucho trabajo cerrar el partido, se salió de límites al 17 y fue hasta el 18 donde se decidió, cuando Ariya Jutanugarn, de Tailandia, falló un putt de escasos dos metros que hubiera forzado la muerte súbita también.

Quienes pasaron momentos "bomba" fueron las leyendas del golf moderno en la LPGA: Annika Sorenstam, Julie Inkster, Se Ri Pak y la anfitriona en sus dos días de reencuentro en los fairways. Lorena invitó a sus tres amigas para conmemorar su año de inducción al Salón de la Fama, y qué mejor que iniciar los festejos en su propio torneo. Las cuatro jugaron dos días de exhibición y de gratos recuerdos para un público que constató lo que estas golfistas hicieron por su deporte en tres continentes.

Ya son 10 años del torneo de Lorena, y, aunque su primera edición en formato match play no logró que las mexicanas ganaran algún partido, estoy seguro de que con el tiempo y experiencia lo harán. El match play es muy difícil, y jugar en casa, ante el público propio, puede ser más.

Hasta el próximo green.

 
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