Ganar en la NFL sin un mariscal de campo de élite es prácticamente imposible. Y aunque a través de la historia hay algunos casos de equipos que han conseguido títulos a pesar de no tener a un jugador estelar en dicha posición, el rumbo que ha tomado la liga en los últimos tiempos, condena a la mediocridad a escuadras sin la calidad suficiente en el puesto.
La evidencia más clara de lo anterior es la apuesta que tres equipos han hecho durante la primera ronda del Draft del pasado jueves.
Y es que a pesar de que los mariscales de campo disponibles de la generación 2017 no parecen tener demasiado talento, Chicago, Kansas City y Houston tomaron decisiones drásticas y arriesgadas, buscando dejar atrás muchos años de fracasos y decepciones.
Los Osos le dijeron adiós a Jay Cutler y daban la impresión de estar conformes con darle las riendas de la ofensiva a Mike Glennon, a quien amarraron con un contrato multianual y multimillonario, que incluso parecía excesivo para un jugador que siempre ha sido suplente. Aun así, sorprendieron a propios y a extraños y cedieron a los 49s su selección de primera ronda del 2018 más otras dos selecciones este año, para poder hacerse de Mitch Trubisky.
El egresado de Carolina del Norte tiene muy poca experiencia como titular y parece estar lejos de ser un producto terminado, aun cuando tiene algunas cualidades que podrían llevarlo a ser un jugador determinante.
A pesar de que Andy Reid se cansó de manifestar su convicción de poder ganar con Alex Smith, los Jefes tomaron a Pat Mahomes luego de haberle dado a los Bills su primera selección del 2018 y la tercera de este año.
El sistema de Reid no parece ser el idóneo para las características de Mahomes, quien a pesar de no tener aún las herramientas necesarias para triunfar en la NFL, posee un enorme potencial de crecimiento a mediano plazo. El precio pagado para poder seleccionarlo seguramente llevará a Kansas City a acelerar más allá de lo recomendable su proceso de desarrollo.
Finalmente, los Texans cedieron a Cleveland a su primara selección del año entrante, confiando en que Deshaun Watson sea la pieza que les falta a la ofensiva para complementar una defensa que está entre las mejores de la liga. Watson es un ganador, tiene cualidades físicas excepcionales, y está acostumbrado a trabajar bajo intensa presión. Sin embargo, llevará en los hombros todo el peso de una franquicia que ha hipotecado el futuro para deshacerse de Brock Osweiler, sabiendo que la ventana de oportunidad para contender puede cerrarse muy pronto.
Solo el tiempo dirá si Osos, Jefes y Texanos se precipitaron o si bien, los fanáticos de San Francisco, Búfalo y Cleveland, se lamentaran muchos años sabiendo que sus equipos dejaron escapar la oportunidad de encontrar a su mariscal de campo del futuro.
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