Se quedó la Comisión de Arbitraje sin su director del Área Técnica... y anda en la búsqueda del sucesor.

Acabó la gestión de Edgardo Codesal en dicho puesto, durante dos años en que los árbitros fueron especialmente maltratados.

Si casi casi como parte inherente a este juego el trabajo arbitral suele ser injustamente calificado, la satanización de los últimos tiempos ha alcanzado niveles inusitados.

Como resulta más cómodo y ventajoso culpar a los árbitros que asumir la responsabilidad por los propios errores, directores técnicos, jugadores y dirigentes le dan rienda suelta al futbolero deporte de tupirles a los de negro (como escribió Eduardo Galeano en su magnífico Futbol a Sol y Sombra: Durante más de un siglo, el árbitro vistió de luto. ¿Por quién?; por él; Ahora disimula con colores).

Pero además de ser desde siempre utilizados como el pretexto perfecto para "explicar" derrotas y justificar malas actuaciones, los "nazarenos", con los que por supuesto hay mucho por hacer en cuanto a capacitación, se han convertido en tema central en los espacios que los medios de comunicación le dedican al futbol.

Se habla demasiado de los errores arbitrales, con toda la premeditación, alevosía y ventaja que implica el juzgar esa labor apoyándose en imágenes, repeticiones, tomas y recontratomas con las que para nada cuentan los árbitros al momento de tomar sus decisiones en la cancha.

Ahora, para cubrir la vacante dejada por Codesal, se antojan como candidatos naturales algunos de los más grandes ex árbitros que se han mantenido vigentes, precisamente, por su aportación en materia de análisis arbitral en algunos medios.

Arturo Brizio, Marco Antonio Rodríguez, Felipe Ramos Rizo, Bonifacio Núñez, Armando Archundia y Eduardo Brizio, por mencionar a los principales.

A ver quién se anima, como primer paso en la urgente tarea de capacitar mejor a los árbitros... pero también de aprender a defenderlos.

 
 
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