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SAN CADILLA
San Cadilla | 20-12-2016
en CANCHA
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Cambio de hábito
 
Una nueva versión de Fidel Martínez aterrizó el domingo en Guadalajara, porque en los últimos meses sufrió una radical transformación.

El delantero ecuatoriano pasó ayer las pruebas médicas, firmó contrato con el Atlas y de seguro cuando usted lea estas líneas ya le dieron la pasadita en su primer entrenamiento como rojinegro.

Esto no es lo novedoso, sino lo que pasó en las horas previas a su contratación en el Régimen de Transferencias, en Toluca.

Resulta que cuando los Pumas les ofrecieron al "Alegría", los directivos rojinegros de inmediato se pusieron a investigarlo: ¿Fuma? ¿Toma? ¿Es mujeriego? ¿Se desvela? ¿Le gusta la manicura, la pedicura?

El chiste es que la gente de inteligencia deportiva rápidamente se puso al corriente porque había un tema que llamaba la atención: al "Alegría" no le dicen así de casualidad, porque, entre otras cosas, cuando jugaba para la UdeG era famoso por la fiesta que se cargaba.

Más de alguna vez salió a la luz que este carismático jugador era amante de la parranda y los antros, pero de inmediato la gente del Atlas recibió información contraria.

Resulta que mientras jugaba en los Pumas, Fidel se hizo cristiano -no Ronaldo- y ahora sale muy poco; según eso, ya no levanta el tarro, famoso deporte que antes practicaba.

Y en los primeros indicios, diiicen, esto es cierto y, además, estará acompañado en Guadalajara por sus padres y dos hermanos.

Otra cosa que también les alegra es el recuerdo de aquella trapeada que, junto a Matías Alustiza, le puso a las Chivas en la Copa Libertadores 2011, cuando ambos jugaban para el Deportivo Quito, por lo que esperan revivir aquellas glorias.

 
 
Dobleteando
 
La carrera de Gregorio Torres no ha terminado, por si tenían pendiente quienes lo recuerdan en sus intermitentes épocas con el Atlas desde su debut, en 2005.

Goyo iba de aquí para allá y regresaba con los Zorros. Pasó por el Cruz Azul, el Santos, el León y hasta jugó en el futbol de Corea, con un equipo de Segunda llamado Daejeon Citizen. Después anduvo en el Ascenso, hasta que le abrieron las puertas en Nicaragua.

El mediocampista fue campeón de Liga con el poderosísimo Real Estelí, el 5 de diciembre, y para sus vacaciones volvió a Guadalajara.

De gira por estos lares, Goyo visitó las instalaciones del Atlas y también aprovechó para jugar con el Bayer Munich, como lo leen, no vayan a creer que se trata de Bayern.

El equipo de Goyo se enfrentó al Deportivo Morelos en la Final de una Liga amateur en uno de los llanos de la Ciudad. Ahí lo vieron haciéndola de crack y hasta luciéndose con un gol, el cual festejó, me contaron, como si hubiera ganado la Champions con el Bayern de a de veras.

Cada quién hace con su tiempo libre lo que quiere, pero se supone que Goyo se debe a un equipo profesional, por contrato, y no tendría por qué estar tirando patadas en el llano como refuerzo del equipo de sus compas -en caso de que lo haya hecho de buena onda-, porque se supone que debería estar de descanso.

Ah, que Goyo tan acomedido.

 
 
Triunfos robados
 
El futbol mexicano está en estado de shock por el repentino anuncio del retiro de las canchas de un carismático defensa central: Marco Antonio Palacios.

Es broma, lo de la sorpresa, porque el "Pikolín" ya no figuraba desde que lo echaron de los Pumas y fue enviado al Morelia, donde no trascendió y luego no pudo ni entrar a las instalaciones de los felinos cuando quiso reportarse a trabajar después de que terminó su préstamo.

Ayer anunció, en una conferencia de prensa, que se retiraba definitivamente de las canchas, pero el acto fue opacado por amantes de lo ajeno.

El hoy ex futbolista dio la noticia en su casa y, para la ocasión, utilizó la camiseta que vistieron los Pumas cuando ganaron el título del Apertura 2004, aunque la idea original era salir con una más reciente.

Pero resulta que el lugar en el que Palacios guarda parte de su colección de camisetas fue saqueado.

Ya me imagino la camiseta del "Pikolín" en algún puesto de un tianguis a la venta por lo que caiga. Digo, no es la de Kikín Fonseca, bueno... la de Joaquín Botero... ya pues, no hay que ser...

 
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Twitter: @SanCadilla
 
 
 
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