Hoy inician unas Semifinales en las que se instalaron los cuatro equipos que mejor jugaron en los Cuartos de Final.
Si pensáramos en las probabilidades de ser finalista, quizá veríamos al América con un 65%, a los Tigres con 60, al León con 40 y al Necaxa con 35.
Pero si calculáramos las probabilidades de ser campeón, tal vez los números andarían alrededor de los siguientes: Tigres 35%, América 27, León 22 y Necaxa 16.
En realidad, en esta Liga MX ninguno de los participantes puede ser descartado de antemano como aspirante al título... y mucho menos los cuatro semifinalistas.
Estas Semifinales, por desgracia, han sido ensombrecidas por la tragedia que ha cimbrado y enlutado al futbol mundial: el accidente aéreo en el que perdieron la vida 76 personas, entre ellas la mayoría de los jugadores del Chapecoense, equipo brasileño que viajaba hacia Colombia para jugar contra el Atlético Nacional el partido de ida de la Final de la Copa Sudamericana.
Además del dolor y el drama que ahora envuelve a cada una de esas 76 historias, en varios casos se produjo la fatídica ironía: morir cuando se vuela rumbo al partido más importante de su vida.
Ante una tragedia de ese tamaño, sale sobrando preguntarnos si por estos mexicanos y futboleros lares tendremos Final navideña el día 25 de diciembre entre los Tigres y el América o entre el América y el León, o si esa Final será el 11 entre los Tigres y el Necaxa o entre necaxistas y esmeraldas.
Aunque de las cuatro finales posibles en ese orden luzcan como más probables, todo eso es lo de menos cuando lo de más nos estremece y sacude.
Por encima del intrascendente juego del futbol, otra vez se nos recuerda la fragilidad del otro juego mucho más importante.
El juego de la vida.
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