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Volando bajo el radar
José Pablo Coello | 22-11-2016
en CANCHA
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De cara a las últimas seis semanas del calendario regular, hay un grupo reducido de equipos que se han establecido como los rivales a vencer en el camino hacia el Super Bowl LI.

Dallas y Seattle, en la Conferencia Nacional, y Nueva Inglaterra, Oakland y Denver, en la Conferencia Americana, parecen estar jugando a un nivel superior que el resto y no tengo dudas de que llegarán a Playoffs y serán protagonistas.

Por otra parte, me parece interesante el caso de un par de escuadras que sin llamar demasiado la atención y sin que podamos estar seguros de que mantendrán el paso para meterse a la postemporada, podrían convertirse en "caballos negros" y darle un dolor de cabeza a más de uno en el mes de enero.

Los Delfines de Miami tienen la racha más largas de victorias en la Conferencia Americana, y con seis triunfos y cuatro derrotas, aún aspiran a pelearle a los Patriotas el título de la División Este. Aunque el arranque de la campaña fue muy complicado, el trabajo de Adam Gase con Ryan Tannehill parece estar dando frutos y el mariscal de campo de quinto año ha demostrado que es capaz de jugar a un alto nivel en instancias definitivas. El domingo, ante una defensa que ha sido muy sólida en las últimas semanas, comandó dos ofensivas que culminaron en la zona de anotación en el cuarto periodo y sacó una victoria in extremis que le permite a su equipo seguir soñando con llegar a los Playoffs.

Los Gigantes de Nueva York también ligaron su quinto triunfo, y tienen la segunda racha más larga de victorias en la Conferencia Nacional. Aprovechando la ventaja de no haber jugado de visita en ninguno de sus últimos cinco partidos, los dirigidos por Ben McAddo se mantienen a sólo un par de juegos de distancia de los Vaqueros, con la ventaja de haber ganado el enfrentamiento directo ante la escuadra de "La Estrella Solitaria". Es cierto que la incapacidad para mover el balón por tierra vuelve muy predecible a la ofensiva, más allá de la calidad de sus receptores y la experiencia de Eli Manning. La defensa no captura con frecuencia al mariscal de campo rival, pero sólo admite 20 puntos por partido y suma 10 intercepciones, por lo que puede ser una unidad oportunista y competitiva.

En el papel, Gigantes y Delfines no parecen ser rivales de cuidado para los pesos completos de la Liga. Sin embargo, hay que seguirlos de cerca porque la historia ha demostrado que no se puede menospreciar a equipos que llegan enrachados a la fase final de la campaña.

 
Twitter: @JosePabloCoello
jpcoello@gmail.com
 
 
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