Señoras y señores, una vez pasadas las primeras jornadas de Eliminatorias para el Mundial, donde México jugó bien 25 minutos frente a Estados Unidos, mal los demás minutos y muy mal frente a Panamá, pues los rescatable son los cuatro puntos.
Tres que se ganaron en Columbus donde no se ganaba desde hace mucho tiempo y uno que se ganó en Panamá, donde si el local hubiera sido un poco más agresivo y decidido, con más tino, hubiera ganado el partido porque México jugó temeroso para sacar el resultado.
Lo sacó y Juan Carlos Osorio puede pasar unas Navidades tranquilas, tomar ponche mexicano y después ir a Colombia a descansar ¿regresará con un discurso diferente?, no. Las rotaciones le han dado resultado y el manejo que ha hecho del futbol hasta ahora tiene contentos a los directivos, parece que sí pero habrá que preguntarles a todos, mientras éstos están pugnando por demostrar a la FIFA que saben más de filología que de futbol y decirle que la palabra que gritan en el estadio los mexicanos no es homofóbica ni es una consigna de desprecio y discriminación al rival.
Donde las cosas sí están que arden, a pesar del triunfo y de tener a un jugador como Lionel Messi es en Argentina, en una Selección, que no es la primera vez que sucede, donde los jugadores deciden no hablar con el periodismo local tras la acción de un periodista de acusar a Ezequiel Lavezzi de consumir drogas, fumar mariguana, en plena concentración del equipo.
Argentina siempre ha tenido conflictos permanentes y en ebullición, primero, la derrota ante Brasil caló hondo y duro en el comité argentino y más en la prensa de ese país que es muy inquisitoria, reclama, hostiga y presiona al jugador argentino de la Selección, que viene de Europa.
No es un periodismo como el mexicano que da la impresión de ser fuerte, investigador, que profundiza, discute, discrepa, que no está de acuerdo con cómo se manejan las cosas en el futbol, ni de acuerdo con la situación de la Libertadores que es terrible para el futbol mexicano, pero que suele callar, suele otorgar concesiones o suele ser dúctil, fácil o muy domesticado para la diligencia del futbol. De la mano pasan Navidades tranquilas sin sobresalto.
México no es el mejor de la zona de Concacaf, por ahora lo es Costa Rica, que ha jugado dos partidos, el último en casa donde vapuleó a Estados Unidos, que tampoco le pasará nada, no se cimbra Estados Unidos, ni la prensa.
Otro tipo de periodismo sería el de Italia, si estuvieran muy mal; el de España si la Roja no fuera líder de su grupo, la francesa o la inglesa que atacó a Wayne Rooney al salir de una boda en estado inconveniente.
Pero así se manejan en diferentes lugares y con diversas situaciones. Por ahora viene la Liguilla que tiene tres puestos y con tres equipos que se la juegan y lo harán con todo; hoy no se hablará más de la Libertadores, ya quedó sepultado; nunca se supo si era cuestión de dinero, de calendario, o fue una cuestión de la transmisión de televisión, no se supo nada.
Así es, se fue la Libertadores, una buena forma de engancharse a un futbol mejor a nivel de clubes y de selecciones que el de México. Se lamentará seguramente el futbol nacional, intentará regresar o pondrá seguramente otras condiciones a la Conmebol que suele ser manejada como muchas confederaciones, como Concacaf y hasta la FIFA.
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