Llegamos al momento del torneo que representa en términos de Día de Muertos la diferencia entre estar de un lado o del otro del filo de navaja.
A falta de dos jornadas encontramos que varios equipos pelean por justificación eterna de los mediocres o en el mejor de los casos de los que pelean por ser mejores que su presupuesto.
La diferencia de entre estar en la serie final por el título o quedar marginado de ella hace en algunos casos la gran diferencia. Así, para Toluca, Puebla o Morelia la posibilidad de desplazar a algunos adversarios que hoy ocupan los últimos lugares de la parrilla de salida hará que la óptica sea distinta a que no lo hagan.
Pero en otros casos no se puede permitir tal miopía. Por ejemplo, aún si se diera el milagro de avanzar a la Liguilla, Cruz Azul no cambiaría el calificativo que le corresponde a su famélico torneo: aun si fuera campeón quedaría a deber.
Monterrey canta la misma tonada. Su falta de puntería ha convertido un ataque espectacular en una pasarela inofensiva. Como merecer los goles es muy distinto a conquistarlos, sus agónicos 19 puntos son mucho menos de lo que un plantel, un estadio y una afición como los que tiene merece.
El diseño del sistema de competencia previene que los finales de cada campaña sean espectaculares al menos en lo numérico. Los 4 puntos de diferencia que existen hoy en día entre el cuarto y el octavo lugar, y las otras 3 unidades de distancia entre este último y el décimo segundo, ponen al horno suculentos platillos generadores de emoción.
No sólo por la posición que ocupan en el octavo sitio, sino por los partidos que se le vienen encima, León parece tener mayor riesgo de los que hasta hoy estarían clasificados. Recibir a las Chivas y terminar en la cancha del Azul hacen ver uno de los calendarios más complicados de todo el cierre.
En la punta de la tabla, Tijuana y Pachuca parten el queso con una relación inequívoca entre los números y su buen desempeño.
Miguel Herrera ha sabido devolverle a los fronterizos un espíritu extraviado y los Tuzos poseen al equipo más rápido y tal vez certero de toda la Liga.
El primero con más experiencia y el segundo con mayor frescura tendrán que partir como favoritos cuando arranque la Liguilla.
Tigres, con un plantel más completo que ellos dos, tendría que ser el principal retador en el minitorneo que hace crujir los huesos.
Guadalajara, irregular; América, con la obligación de siempre; Pumas, que sonríe en casa, y Necaxa, como Cenicienta, hasta hoy son parte de una fiesta que no les vería como polizontes.
Por formato y por competitivo, en la Liga MX puede pasar cualquier cosa.
Por eso hay que abrir un emocionante compás de espera.
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