Los chicos no tienen miedo

Homero Fernández
en CANCHA


El plantel de la Cultural Leonesa recibió con gran algarabía haber ganado la rifa del tigre en el sorteo de la Copa del Rey. Siendo un equipo de la Segunda División B española tendrán la oportunidad de enfrentarse, ni más ni menos, que al actual campeón de la Champions, el Real Madrid.

La plantilla de este equipo, que militó una temporada en la Primera División hace 60 años, saltó al

unísono de las sillas de plástico blanco en las que observaban la transmisión.

Algo similar le había pasado al Cultural, como le llaman sus fanáticos, en 2009. Tras superar una sufrida eliminatoria a la hora de la suerte les esperaba el FC Barcelona. De visitantes los culés les ganaron 2-0 y en su casa le recetaron un 5-0, en un partido en el que jugaron Rafa Márquez y Jonathan dos Santos.

Ahora el equipo leonés vive un momento dulce porque ha sido rescatado de su ruina económica, ni más ni menos que por la organización catarí Aspire Football Dreams. Esta fundación que depende de la familia real del país organizador del Mundial 2022 se caracteriza por sus actividades a nivel global para buscar y desarrollar nuevos talentos. Tiene también un equipo de la Segunda División en Bélgica, el KAS EUPEN, que nutre con futbolistas africanos.

Josep Colomer, uno de los pilares de la Masía del Barcelona, es el Director General. "Tomo más de 160 vuelos al año", dijo una vez para dimensionar la extensión de la red.

Aspire Academy hace cada año una selección de jóvenes entre 13 y 15 años y los traslada a Catar, junto con familiares. Allí además del entrenamiento futbolístico les brindan educación y los ponen en contacto con las figuras más rutilantes del futbol.

Unas de las principales premisas de la organización es mantener a los jóvenes lejos del alcance de "inescrupulosos representantes y traficantes de personas".

Sin embargo, su manto humanitario ha sido muchas veces señalado como una cortina de humo de Catar para limpiar su imagen de las acusaciones de una supuesta compra de votos para obtener el Mundial.

Las principales críticas apuntan a que el programa se instaló en un principio en países que tenían puestos importantes en la FIFA como otra forma de obtener apoyo.

Pero eso, es otra cosa. La alegría de los jugadores del Cultural, cuyo 80 por ciento está ahora bajo el poder catarí, tiene los mismos tintes soñadores que los de los pequeños y desconocidos talentos.

"Para un equipo humilde como el nuestro la parte más bonita de la temporada es la Copa. Tres eliminatorias en las que uno se juega el prestigio, la repercusión mediática, la fama, el honor, el nombre de una ciudad y una provincia... y en casos como el nuestro, soñar como podrían ser las cosas si todo fuera bien", publicó el Cultural en su página web.

 
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